Y añadió 'la de los huevos camperos' y añadió bien.
Decía Hipócrates, médico de la Antigua Grecia: "Ni la sociedad, ni el hombre, ni ninguna otra cosa deben sobrepasar, para ser buenos, los límites establecidos por la naturaleza", y esto es lo que hacen con los huevos de los que hoy hablamos, dejar que sigan su curso, dejar que la naturaleza actúe, permitir que las gallinas vivan como quieren vivir.
Sobre los cimientos del firme respeto y compromiso por y con el medio ambiente y la salud se alza El Majadal, un proyecto que aplica la cita Hipócrates y sus profundos valores en una granja de gallinas ponedoras que viven en completa libertad y se alimentan de forma sana, natural y equilibrada; ¿pero dónde empieza todo?
En la parte nororiental de la provincia de Ávila, en un pueblo de 700 habitantes situado a 1.024 metros de altitud, Maello, encontramos la finca de 2.600 metros cuadrados en el que las gallinas de esta granja, de raza ISA Brown, viven y se alimentan.
Una dieta basada en cereales, hierbas y raíces, los máximos cuidados y un respeto total por los ciclos naturales de las gallinas las permite estar completamente sanas y felices siendo las magníficas productoras de los huevos de El Majadal. Huevos de gran calidad, completamente naturales y con los sabores, el color, las vitaminas y los nutrientes de siempre.
Pasados por agua, en tortilla, rellenos, fritos, poché... las formas de cocinarlos son diversas y todas ellas deliciosas; porque aunque los huevos sean cosa de la gallina, disfrutarlos, es cosa nuestra.