Los beefeaters, conocidos oficialmente como custodios Yeomen, un término inglés que se usa desde la época medieval, son los encargados de vigilar a todo aquel que haya sido aprisionado en la Torre de Londres. Esta fortaleza histórica, erigida a los pies del Támesis, alberga en su interior las Joyas de la Corona, de las cuales los beefeater también son responsables.
Curiosamente, estos anacrónicos antecedentes nos llevan hasta una ginebra inspirada en el Londres más moderno. Y es que, del medievo, la Beefeater 24 solo conserva el nombre. La carta de presentación de esta ginebra es la delicada mezcla de botánicos y tés exóticos que le permiten ofrecer un aroma excepcional.
El secreto: la selección de botánicos
Para hablar de su composición, debemos listar un gran número de botánicos, cada uno con una función única. Se usan dos tipos de tés, sencha japonés, procedente de las laderas del Monte Fuji, y té verde chino, que aporta ligeros taninos a la mezcla. Los cítricos también son importantes en la elaboración de este espirituoso. Llama la atención el uso de la piel de pomelo, procedente de España y pelado a mano, la piel de limón, que añade un toque ácido, y la piel de naranjas amargas de Sevilla.
Adicionalmente, el indispensable, el enebro, se combina con almendras, raíz de regaliz, semilla de cilantro, raíz y semilla de angélica y raíz de lirio. Por si no has llevado la cuenta hasta aquí, son doce los elementos que se emplean durante la producción de la Beefeater 24. Todos y cada uno de ellos, se maceran durante 24 horas para lograr unos matices más intensos y sofisticados.
La esencia de Londres en cada rincón de su botella
Empezar este artículo explicándote qué son los beefeaters y la relación que guardan con la ciudad de Londres no ha sido un capricho. En realidad, es casi una obligación si queremos transmitirte el concepto que sigue la ginebra que nos ocupa. Desde el momento en el que su botella pasa a tus manos, observarás algunos elementos que la relacionan con la ciudad inglesa.
Por un lado, debes fijarte en su color escarlata que imita al Rubí del Príncipe Negro. Esta enorme gema es uno de los materiales preciosos más llamativos de la Corona Imperial del Estado. Tampoco hay que pasar por alto el relieve, que toma como inspiración el estilo artesanal Arts and Crafts y que hace referencia a los doce botánicos utilizados.
De igual manera, no falta la firma de Desmond Payne, el maestro destilador, ni el horizonte que conforman los edificios de la milla cuadrada, que centra la atención en el Londres más moderno y contemporáneo. El broche de oro lo pone un diminuto cuervo con una llave en el pico. Esta es la que da acceso a las reliquias reales.
El aroma de esta ginebra es complejo y armonioso. Sus notas vienen protagonizadas, principalmente, por los cítricos, el enebro y el té sencha. En cuestión de segundos, estos dan paso a la angélica y al cilantro, que la hace algo picante. En boca, en seguida se percibe el pomelo y la naranja, a lo que sigue el enebro y el regaliz. El elemento que lo equilibra todo es el té verde chino.
Su sabor y aroma propician que esta ginebra se desenvuelva bien en escenarios muy variados. Es perfecta para tomar con tónica y una rodaja de pomelo. También puede combinarse con zumo de limón fresco, sirope de granada y vermut dulce. Por último, es posible disfrutar de ella en un marco más refrescante, con Lillet Blanc, limón, saúco y tónica, coronando la copa con albahaca.
La Beefeater 24 es una ginebra de tipo London Dry Gin que se presenta en una botella de 70 cl, estrecha y esbelta, con una gran cantidad de detalles decorativos. Tiene una graduación de 45% Vol.
