12 trucos para ahorrar luz en la cocina

Nevera llena de comida
La cocina es la estancia más concurrida de la casa y donde mayor consumo energético se realiza. ¿Qué podemos hacer para reducirlo? Te traemos los mejores trucos para ahorrar luz en la cocina.
Por Gemma Bargues
06 de abril de 2022

No es casualidad que la cocina sea la estancia de la casa donde más luz se consume. No solo pasamos en ella la mayor parte del tiempo y es la zona más transitada, sino que además alberga la mayoría de electrodomésticos del hogar. La nevera, los fogones o la vitrocerámica, el microondas, el lavavajillas, el horno, la lavadora, aparatos extra como los robots de cocina o las famosas freidoras de aire, entre otros. Todos ellos, usados prácticamente a diario producen un elevado consumo energético. ¿La buena noticia? Que existen tips muy útiles y súper fáciles de aplicar para reducirlo. ¡Toma nota de los mejores trucos para ahorrar luz en la cocina!

Controla el uso del frigorífico, el rey del consumo energético

La nevera es el electrodoméstico que más consume de toda la casa. Pensemos que está conectada las 24 horas del día, llegando a acaparar hasta el 20% del gasto energético total de nuestro hogar. Por eso, merece la pena detenerse en ella y conocer en detalle qué trucos para ahorrar energía en la cocina podemos aplicar a la hora de darle uso.

Uno de los aspectos que más influyen es el de configurar correctamente la temperatura de la nevera, y en esto juega un papel importante la época del año en la que nos encontremos. En invierno, lo recomendable es subir los grados a los que queremos que enfríe, mientras que durante los meses más calurosos del año es conveniente bajarlos. De esta manera, se aprovecha mucho más la temperatura ambiente y no hacemos que el frigorífico trabaje y gaste de más. Eso sí, en general, ten en cuenta que la temperatura de prácticamente todos los frigoríficos debe marcar entre 3 y 5 grados centígrados para que mantenga los alimentos en buen estado. En el caso del congelador, esta debería marcar una temperatura de entre los -18 y -15 grados.

Frutas y verduras dentro de una nevera

Otro consejo es no introducir en la nevera alimentos calientes, ya que esto aumenta el gasto energético. Si quieres guardar algo que has cocinado, espera a que se atempere. Lo mismo cuando quieres descongelar un alimento; la mejor opción para esto es que lo introduzcas con antelación en la nevera en lugar de dejarlo fuera. De lo contrario, el contraste de temperatura puede afectar al buen estado del alimento y también a la eficiencia de la nevera.

Otro truco es no abrir y cerrar el frigorífico con frecuencia cuando estamos indecisos sobre lo que queremos comer o, simplemente, por costumbre. Este hábito -muchas veces inconsciente- provoca que el frío “se escape” y que, por tanto, la nevera tenga que hacer un mayor esfuerzo recuperarlo. ¿Importa también dónde la ubiquemos? Siempre que sea posible, intenta no colocar la nevera donde le dé el sol directo o cerca de fuentes de calor como el horno.

Aprovecha todo el poder del horno con el mínimo consumo

En el segundo puesto de electrodomésticos culinarios que más luz consumen se encuentra el horno. Por ello, usándolo de forma eficiente no sólo es interesante para ahorrar luz, sino también para aprovechar al máximo el potencial que ofrece a la hora de elaborar platos saludables, jugosos y llenos de sabor.

De la misma forma que en el caso de la nevera, no abras y cierres constantemente la puerta del horno. Esto hace que el calor se pierda y, por tanto, que el consumo de energía sea mayor. Por eso, trata de mantenerlo cerrado el mayor tiempo posible, vigilando y respetando los tiempos de cocinado marcados y consiguiendo así un ahorro de luz y energía considerable.

Un buen truco para ahorrar luz en la cocina cuando prepares tus recetas al horno es, una vez lo has puesto en funcionamiento, aprovechar para cocinar varios alimentos a la vez. De esta forma, optimizarás tu tiempo y, de paso, ahorrarás gasto y energía. Una vez apagues el horno, aprovecha también el calor residual para calentar algunos alimentos, darle un toque tostado al pan, mantener calientes los platos que vas a servir, etc. Piensa en cómo aprovechar ese calor en lugar de abrir la puerta y dejar que se escape.

Sacando del horno una pizza casera de verduras recién hecha

Sea cual sea el uso que suelas darle a este práctico electrodoméstico, hazlo de forma eficiente y no sólo ahorrarás dinero, luz y energía, sino que conseguirás mejores resultados en tus recetas. Por último, piensa si la receta que quieres hacer en el horno se podría hacer igualmente en el microondas, pues este pequeño electrodoméstico consume mucho menos energía y también ahorra tiempo.

Apuesta por el microondas, un pequeño gran electrodoméstico

¿Quién utiliza hoy en día el microondas únicamente para calentar el vaso de leche del desayuno? Este pequeño aparato se ha convertido en un imprescindible en las cocinas de todo el mundo, pues en él podemos cocinar infinidad de recetas, en menos tiempo y con un gasto energético muy inferior al que supondría si encendiéramos el horno.

Aunque todavía existe la creencia de que cocinar al microondas no es la opción más saludable, lo cierto es que no es así. Hoy en día, es posible encontrar recipientes específicos para cocinar al microondas, elaborados con materiales de calidad y libres de tóxicos o elementos que puedan dañar la composición de los alimentos y, con ello, nuestra salud. Cocinar en el microondas no sólo es seguro, sino también una excelente opción para ahorrar tiempo, energía y luz en la cocina.

Eso sí, para conseguirlo debes conocer bien cómo funciona y darle el uso adecuado en función de la receta que vayamos a hacer. Entre otros aspectos, es importante ajustar la potencia de cada microondas según la cantidad de comida que vayamos a introducir, respetar los tiempos de cocción y de reposo para evitar que los alimentos se cocinen en exceso, utilizar los recipientes adecuados como estuches de vapor hechos con silicona, tarteras de vidrio, film transparente, bolsas de cocción, etc. Y en este punto, cuidado con meter materiales que no sean aptos para microondas como los metales, tarteras de plástico de mala calidad, papel de aluminio, cerámicas delicadas, entre otros. No tengas miedo de cocinar tus recetas (patatas, huevos, carnes, pescados, verduras, postres, sofritos, arroces, etc.) en este pequeño y versátil electrodoméstico. ¡Pon en marcha tu imaginación y dale vida a tu microondas!

Utiliza bien las placas vitrocerámicas o de inducción

Si tenemos que escoger entre la cocina de gas, la vitrocerámica o las placas de inducción, nos quedaríamos sin duda con la primera en cuanto a consumo energético se refiere, pues es la que menos emisiones de CO2 conlleva. Ahora bien, no a todo el mundo le gusta cocinar con gas y cada vez más hogares cuentan con las placas vitrocerámicas o de inducción. En estos casos, ¿qué podemos hacer para ahorrar luz en la cocina?

Una cazuela cocinando en la vitrocerámica

Lo primero es adecuar el tamaño de fuego correcto. Es decir, el tamaño de las sartenes o cazuelas que escojas deben adaptarse a cada fuego para aprovechar así toda la energía que genera. Si utilizas una sartén muy pequeña en un fuego muy grande, se desperdicia mucho calor por los lados y, por tanto, mucha energía.

Para quienes tengan gas, también hay un truco: limpiar siempre los quemadores para que funcionen de forma correcta y se aproveche al máximo el gas. Para saberlo, un truco es fijarse en que el color de las llamas sea azul. Si tienes vitrocerámica, intenta aprovechar el calor residual apagándola unos minutos antes de que el plato termine de cocinarse por completo. Mucho más eficientes son las placas de inducción, pues consumen un 20% menos de energía.

Un truco aquí que ayudar a ahorrar luz en la cocina es el de tapar siempre la cazuela o sartén mientras se cocinan los alimentos. No solo quedarán más jugosos y mantendrán mejor todos sus nutrientes, sino que evitaremos que el calor se pierda y con ello, que aumente el gasto de energía.

Cocina de más en menos tiempo y por menos dinero

Cuando se trata de gastar menos y ahorrar energía, no solo debemos prestar atención al uso de los aparatos eléctricos que utilizamos, sino también a nuestros hábitos culinarios. Un ejemplo muy práctico y que se ha puesto de moda durante los últimos años es el llamado batch cooking, o lo que es lo mismo, cocinar de más para mantenerlo en la nevera o en el congelador y tener la comida lista durante más tiempo.

Una forma de llevarlo a cabo es planificar el menú de toda la semana y cocinar todas las elaboraciones en una sola tarde o mañana. De esa forma, durante el resto de días solo tendrás que calentar o directamente servir y comer. El batch cooking se traduce en un gran ahorro de tiempo, energía y dinero, y también en una práctica muy útil contra el desperdicio de alimentos. ¡No se tira nada, y eso también es ahorro!

Una chica cocinando diferentes recetas

Dale vida a la olla exprés, cocinado en tiempo récord

Un electrodoméstico que nos puede ayudar a ahorrar luz en la cocina es la olla exprés u olla a presión, ya que reduce los tiempos de cocción prácticamente a la mitad de lo que costaría cocinar en una olla normal, lo que se traduce en un ahorro de energía y dinero. Además, al cerrarse a presión, se aprovecha por completo el calor y se consiguen deliciosos y nutritivos platos en un tiempo récord.

Similar a la olla exprés está la famosa olla de cocción lenta o tipo Crock-Pot, aparatos que se calientan muy poco y cocinan los alimentos muy lentamente. ¿Y quién no ha oído hablar de las famosas freidoras de aire? Estos aparatos consiguen cocinar fritos con la mitad de aceite y en la mitad de tiempo, sin necesidad de encender el horno y obteniendo resultados igualmente deliciosos y mucho más saludables. Es la nueva era de la cocina, ¡platos exprés para ahorrar tiempo, luz y dinero!

Pásate a las recetas sin cocinado, sanas y baratas

Si eres de los que les encanta tener todo tipo de aparatos culinarios, quizás no hayas caído en que todos ellos suponen también un importante gasto y que son totalmente prescindibles y sustituibles por otros manuales que cumplen la misma función. Ejemplos como exprimidor, el rallador, el pelador de verduras, la picadora, etc., pueden parecer insignificantes a la hora de contabilizar lo que consumen, pero todo suma en la factura de la luz.

Por otro lado, ¿por qué no apostamos más por las recetas de aprovechamiento o por consumir alimentos en crudo? Hay mil y una recetas que no necesitan cocinado; platos fríos o a temperatura ambiente que conquistan por su frescura y naturalidad. Las recetas sin cocinado permiten evitar el fuego presentando los ingredientes combinados de diferentes formas. Desde ensaladas hasta sopas, gazpachos y cremas frías, pasando por recetas de tartar, salsas o incluso postres… Evitas encender el horno, los fogones o cualquier otro electrodoméstico que aumente el consumo energético.

Diferentes alimentos sin cocinar

Si la cocina en crudo no es lo tuyo, pero quieres reducir la potencia de tus cocinados, una opción es que intentes escoger aquellos ingredientes que se cocinen antes, ya sean legumbres, cereales, pasta, verduras, etc., y hacerlo como hemos visto en aparatos de cocción a baja temperatura, olla exprés o cocción lenta. Se trata de buscar tu propia manera de disfrutar al máximo de tu cocina mientras ahorras luz. ¡Está en nuestra mano!

Usa el lavavajillas adecuado para ahorrar luz y agua

Turno ahora para otro electrodoméstico que llegó a nuestros hogares para facilitarnos una de las tareas más engorrosas en cocina, la de lavar la vajilla. ¿Por qué fregar a mano cuando existe una máquina que lo hace por ti? Ahora bien, dependiendo de cómo lo usemos, estaremos malgastando dinero y energía. La primera clave es saber escoger el lavavajillas adecuado en función del uso que se le vaya a dar o al número de personas que vivan en la casa. De esta forma, se llenará por completo con más facilidad y haremos un uso mucho más eficiente de él.

¿Y qué pasa con el gasto de agua? A diferencia de lo que muchos piensan, el uso continuado de un lavavajillas ahorra agua y energía, porque cuando lo hacemos a mano solemos dejar el grifo abierto y esto supone un enorme desperdicio de agua, más todavía si lo hacemos con agua caliente y entonces aumenta el consumo eléctrico. Elige programas ecológicos o cortos y, en el caso de que necesites aclarar tu vajilla antes de introducirla, hazlo siempre con agua fría.

No te olvides del stand by, el consumo que no se ve

¿Sabías que cuando un electrodoméstico no está siendo usado sigue consumiendo energía? Es lo que se conoce como consumo fantasma o stand by, el estado de un aparato electrónico que está en reposo pero que se encuentra conectado a la corriente eléctrica y, por tanto, sigue gastando luz. Sucede con la televisión, con los cargadores que se quedan enchufados y también en la cocina, por ejemplo, con el microondas.

Mantener a raya este consumo energético invisible no es ninguna tontería si queremos ahorrar luz en la cocina, pues según datos aportados por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), el stand by de una vivienda representa el 10,7% de su gasto total. ¿Cómo ahorrarnos esta parte? Con un gesto tan sencillo como el de desenchufar completamente todos los aparatos eléctricos de tu cocina cuando no los estés utilizando.

Elige siempre electrodomésticos eficientes

¿Desde cuándo no renuevas los electrodomésticos de la cocina? No por mantenerlos más tiempo estamos ahorrando dinero y luz, sino más bien al contrario pues los más novedosos son los más eficientes energéticamente. El sector innova cada vez más para sacar al mercado aparatos más prácticos, pero también más respetuosos con el medio ambiente y el consumo de energía. Esto se traduce normalmente en un ahorro de luz en la cocina.

Una cocina con electrodomésticos

Para ello, cuando adquieras un aparato nuevo, fíjate en su etiqueta de eficiencia energética, que desde el 1 de marzo del 2021 ha cambiado a la escala inicial de la A a la G. Según la OCU, “con este cambio de etiquetado energético en la Unión Europea se espera que la información sea más clara y comprensible para el consumidor, y que estos perciban claramente cuál es la opción más eficiente”.

El resultado de esta clasificación es que los electrodomésticos más eficientes (que antes pertenecían a la clase A+++), quedan asignados como mucho a la clase B, para dejar un espacio de mejora a la eficiencia energética de los nuevos productos, es decir, los pertenecientes a la clase A, la más eficiente. Si tienes dudas a la hora de adquirir tu nuevo electrodoméstico, lo mejor es que consultes con el encargado de gestionar la venta, quien te resolverá las dudas y te ayudará a elegir la mejor opción.

Ilumina tu cocina con LED, la clave en la eficiencia energética

Puede que no te hayas parado a pensarlo, pero es el momento ahora de mirar hacia arriba. ¿Qué tipo de iluminación tiene tu cocina? Las luces LED son una estupenda forma de ahorrar luz en esta estancia tan transitada de la casa. Y es que, no podemos olvidar que la iluminación representa un tercio del gasto de luz de una vivienda. Por eso, cambiar las bombillas tradicionales por lámparas LED o de bajo consumo es lo mejor que puedes hacer para ahorrar.

Así, las bombillas LED son más duraderas, consumen un 80% menos y apenas generan calor, mientras que las de bajo consumo consumen un 70% menos de energía, pero pierden parte en forma de calor y suelen gastarse antes. La conclusión parece más que clara: apostar por las luces LED es la mejor solución para ahorrar luz en la cocina a largo plazo, aunque sean más caras.

Sácale el máximo partido a tu lavadora

¿Se puede ahorrar haciendo la colada? La mayoría de marcas hoy en día integran en este electrodoméstico la opción “Eco”, un programa específicamente diseñado para un mayor ahorro económico.

Lavadora con la tapa abierta

Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios, “la principal ventaja que tiene este programa es que se reduce el consumo energético un 33% en comparación con el ciclo completo de lavado. Además, el agua también se reduce en un 36%”. Sin embargo, una posible desventaja es que estos programas suelen durar más tiempo, por lo que el gasto de luz y agua por ese lado sería mayor.

Dejando a un lado posibles excepciones, sí es recomendable utilizar siempre los programas ecológicos, y también llenarla todo lo que podamos para aprovechar al máximo la capacidad de la lavadora. Si crees que no la vas a llenar, cambia el programa a uno más corto, de media carga y a baja temperatura.