Lo normal el día de San Valentín son rosas, bombones, postales, lencería si te gusta el picante y quizás una cena romántica, un cliché un poco manoseado lo sabemos, pero insalvable por estar donde estamos. Queremos ir un paso más allá y ofrecerte el regalo de San Valentín perfecto para gourmets enamorados: un día completo de sabores, aromas y mariposas en el estómago, y no hablamos de amor que también, sino de comida. Esa que dispara directamente al corazón, como si Cupido en lugar de flechas lanzara brochetas.
Amor mañanero con un desayuno en la cama
Vale sí, podría entenderse otra cosa. Pero no pillines, hablamos más de cocinar que de hacer. Hay quien se conforma con poco más que un café para empezar el día, pero un día como este debe empezar con sorpresa desde primera mañana. ¿Qué tal un desayuno en la cama? Una combinación perfecta de café, té y zumos, bollería, frutas, cereales o yogur en su correspondiente bandeja con los primeros rayos de sol entrando por la ventana de la habitación es la mejor antesala del día perfecto para quien busca conquistar un corazón.

A tu alcance tienes alternativas de todo tipo. El sector del desayuno a domicilio está en auge y seguramente en tu ciudad existen empresas dedicadas a llevarte el desayuno a casa, al menos hasta la puerta. Tampoco faltan las ofertas de hospedaje que incluyen esta opción y si nada de eso te convence siempre estás a tiempo de preparar el desayuno en casa. Todo es cuestión de previsión, de combinar dulce y salado, del atrezzo… Lo de los ingredientes afrodisiacos y el champán podría también tener cabida, pero a lo mejor prefieres ahorrar fuerzas para el resto del día.
Un almuerzo para siempre, el bocado o brunch de media mañana
La versión internacional de nuestro popular almuerzo de media mañana podría ser la siguiente parada de nuestro día gastronómico perfecto o la alternativa a ese desayuno que llena de migas de pan y confitura las sábanas. Y en este caso no por socorrido deja de ser la opción perfecta para este momento del día: unos huevos benedict con una salsa holandesa bien llena de amor son capaces de despertar todos los deseos imaginables. Al menos los que tienen que ver con las cosas del comer. Si además lo firma alguien como Mario Sandoval, el éxito asegurado. La fiebre de los huevos preparados de mil y una formas seguro que ha llegado también a cualquier lugar en el que te encuentres. Y si no siempre puedes ponerte el delantal: ninguna declaración de amor más sincera que la de cocinar para la persona que más quieres, por mucho que la salsa holandesa se pueda resistir más de la cuenta. Al final sale, palabrita.

Si decides optar por alguna de las opciones de brunch que se ofrecen indaga bien en cada propuesta y escoge alguna realmente especial. En los mejores hoteles y restaurantes dedicados al brunch hay propuestas realmente atractivas que invitan a alargar la mañana incluso hasta la hora del té, con cartas completas donde no falta detalle.
Vermut y cóctel, una pareja tan perfecta como la tuya
Uno siempre debe evitar acabar empachado de amor, pero si el plan mañanero no se adapta del todo a tu idea (o si sois una pareja que devora con fruición) pocas cosas mejores hay que anteponer a la comida un tradicional vermut. Esta arraigada costumbre se practica normalmente entre las 12:00 y las 15:00 horas si eres de los rezagados. Podríamos discutir largo y tendido sobre el origen del invento, pero lo que te interesa saber ahora es que ese momento puede ser la antesala perfecta para una comida de enamorados.

Lo normal es tomar un vermú y si es casero mejor, que para eso tiene ese nombre, aunque poco a poco la cerveza gana protagonismo, y acompañarlo con unas aceitunas o unas patatas. Claro que eso de romántico tiene poco, así que la alternativa perfecta son los cócteles. Tampoco te recomendaremos un Sex on the beach, ya sabes que sugerir siempre cunde más que provocar, pero un trago hecho con cariño y cargado de originalidad derrite a cualquiera. Por ejemplo combinando nuestro vermut de siempre con zumos, especias, hierbas o frutas en propuestas con ese punto de originalidad que sorprenda.
Pasión verde, amor por la naturaleza
¿Italiano? ¿Pizzas con forma de corazón? ¿Lo del espaguetti? Huye de los clichés pero ojo, no de todos. La gente del siglo XXI come verde: ya casi por lo que transmites con la idea valdrá la pena acercarse a cualquiera de esos restaurantes que hacen del producto vegetal el gran protagonista. Nada mejor que subirse a la ola de esta revolución y de paso demostrar tu amor… Por la naturaleza.

Suponemos que por aquello de la falta de huertos las propuestas de este tipo nacen como setas en las ciudades, pero si realmente buscas algo diferente sal y disfruta de la restauración en plena naturaleza y en contacto directo con el producto y con las personas que lo hacen posible. Una escapada hasta cualquier restaurante de los que cultivan y trabajan su propia materia prima os dará una perspectiva diferente.
The love time, el encanto de la hora del té
Celebrar el amor durante la hora de la siesta no implica necesariamente hacerlo en la cama. Con puntualidad británica (lo normal es a las 17:00) podemos presentarnos en una completa hora del té con sus sándwiches y sus scones. Esta costumbre heredada de la aristocracia inglesa es ideal para matar el hambre entre el almuerzo y la cena en el mundo anglosajón, y hoy en día se puede disfrutar en muchos sitios con toda su tradicional ceremonia, que no es hacer subir la temperatura.

No sabemos muy bien cómo lo prepara Isabel II en Buckingham Palace, pero sí estamos seguros de que el ideado por Quique Dacosta se convierte en el regalo perfecto para tu pareja en un día tan especial como este.
Una cena romántica a la luz de la velas
Es la imagen más habitual en San Valentín: cena romántica de noche a la luz de las velas y viendo las estrellas si el frio lo permite. Las cenas de San Valentín no por manoseadas dejan de ser un fantástico plan para celebrar el amor, todo es cuestión de cómo lo plantees. ¿A oscuras? Bueno, hay quien le puede encontrar la gracia a ese juego de intuiciones donde uno no sabe qué come ni dónde cae, pero aquí confiamos en el electrizante poder de los gestos y las miradas. Y sobre todo en el de la comida.

Las propuestas gastronómicas que invitan a compartir son perfectas. Busca un restaurante que sepa preparar y cuidar bien ese momento: luz tenue, un sugerente hilo musical y ante todo mucho sabor sin demasiados artificios: lo más importante de la velada está justo enfrente, por atractivo que resulte también lo del plato. Para eso los franceses son buenos, así que un bistró te hace algo más que un apaño.
Los besos más dulces para finalizar un día perfecto
¿Cómo pensáis que debe terminar el día de San Valentín? ¡De la forma más dulce! Si las cosas han ido bien y entrada la noche las frutas, los bombones, el chocolate e incluso el picante con buenos aliados allá donde estéis, mejor si es un espacio cálido y de cierta intimidad, con jazz o soul de fondo y lo que pueda pasar.

Fondues, macarons, tartas, golosinas… Todo vale como penúltimo paso en un día tan especial como este donde la gastronomía como has podido ver puede ser tu perfecta aliada. Planifica tu día completo o inclínate por cualquiera de las opciones que te hemos planteado pero sobre todo, huye de cursiladas y dedica a la persona que amas el tiempo que se merece, el compartido con cuchara, cuchillo y tenedor es eterno.