2005 fue el año de Víctor Rodrigo. Con sólo 23 años arriesgó y abrió en Valencia el restaurante Samsha. Un proyecto nacido de su inconformismo e inquietud, que ha ido transformándose y dando giros radicales a lo largo de estos años. Innovación y tecnificación, dos palabras que definen la cocina de Rodrigo. En septiembre de 2017, la propuesta de Samsha evolucionó hasta convertirse en un espectáculo puro al que incorporó imágenes multimedia y el atrezzo.
Samsha no es un restaurante al uso, es un show para los sentidos, que invita a participar e integrarse en la acción creada por Víctor y su mano derecha, la cocinera Aroa López. En la actual etapa de Samsha, la que denominan “3.0”, apuestan por abrir las puertas del establecimiento como un espacio consagrado a la experiencia multisensorial, que huye de las ideas preconcebidas sobre los restaurantes. Son diez los años acumulados como comedor, de los cuales, los últimos cuatro han estado dedicados a crear experiencias envolventes y multimedia en los que la comida no tiene aspecto de alimentos. Solo dieciséis comensales por turno cada vez, y una propuesta que consiste en una secuencia de pases en sesiones de unas casi tres horas.

La mesa única de Samsha es al mismo tiempo una cocina interactiva y retroiluminada en la que se ejecutan numerosas elaboraciones servidas y preparadas en directo, a centímetros de los comensales. Los platos están maridados con un espectáculo musical y un juego de luces que van desde las meramente ambientales, hasta las estroboscópicas.
Uno de los clásicos de la casa es la esponja, creación a base de kappa —un gelificante que permite crear juegos de texturas— y arroz glutinoso con leche de coco y perfume de ron Malibú. Otros platos de notas dulces son el merengue ácido de violetas e ylang ylang o la tiza de yopol y pimienta rosa. En temporadas anteriores se han dejado ver platos como el solomillo ahumado a la pimienta con explosión de su salsa y caviar de tres pimientas o el curioso sándwich mixto con kétchup sólido.

En Samsha se atreven a transgredir con uno de los platos más venerados de la gastronomía valenciana: la paella valenciana, a la que bautizan como Paella kubak, un sacrificio para algunos y una genialidad para otros. El plato emplea colores fluorescentes sobre el arroz kubak variedad bomba, aire de romero, cremoso de jugo de paella, carnes de pollo y conejo deshuesado y verduras reconvertidas en texturas no fáciles de reconocer.
Es complicado explicar en qué consiste este restaurante en el que todo puede pasar. Su cocina es cinematográfica, pictórica y teatral. Hay un guion que solo Víctor y su equipo conocen. El comensal, que cuando llega no tiene vajilla a la que enfrentarse, ha de esperar pacientemente a que la expresión artística del cocinero castellonense se despliegue, se perfile y concluya.
Samsha
Plaza Periodista Ros Belda, 446021 Valencia
963891902
www.samsha.es
Creativa, Europea
40€-70€