Conocido por muchos como el mercado vivo de Seúl, la lonja de Noryangjin maneja diariamente una cantidad de 250 a 300 toneladas de pescados y mariscos, donde se estima que el 50% del producto que se consume en el área metropolitana, proviene de este conocido lugar. Dentro del vecindario de Noryangjin-Dong, este mercado se ha convertido en un referente para locales y extranjeros. El edificio se encuentra junto al río Han en una céntrica ubicación al sur de la isla fluvial Yeouido, catalogada como el principal centro de negocios de la ciudad. Como si de un acuario se tratase, sus visitantes podrán recorrer todo el interior de la lonja en busca de un sinfín de especies marinas que podrán comprar y por un precio ajustado, degustar en la planta superior del edificio, además de poder presenciar la curiosa subasta de pescado a las 3:00 am todos los días excepto los domingos y festivos nacionales.

Asistir a las subastas es uno de los principales atractivos del mercado, al formarse un verdadero espectáculo cuando los compradores luchan por obtener el mejor precio en los productos. En ese momento los pescaderos preparan los amplios mostradores que exhiben cangrejos, anguilas, abalones, langostas, calamares, pulpos, pepinos de mar, todo tipo de pescados, erizos y más especies marinas listos para su venta. Minutos después, competitivos compradores, a menudo restauradores, se involucran en verdaderas batallas de negociación.
Historia y acceso al mercado
Aunque cuando se inauguró en 1927, el mercado estaba ubicado en Uiju-ro, cerca de la estación de Seúl, en 1971 se trasladó a su actual ubicación en el centro de la ciudad. Años más tarde, en 2015, se llevaron a cabo las obras para ampliar el edificio y convertirlo en un bloque de seis pisos que se ha ganado su actual reputación como el mercado más grande de pescado vivo de la capital surcoreana. En los últimos años su imagen ha cambiado por completo, pasando de ser un humilde mercado tradicional, a convertirse en un edificio de grandes dimensiones siempre repleto de locales y extranjeros que van en busca de cualquier producto marino que se pueda imaginar. Sorprendentemente el mercado alberga en el piso inferior alrededor de 800 tiendas minoristas, dejando en los pisos superiores las tiendas de pescado en salazón así como los diversos restaurantes.

Se puede llegar fácilmente a través de transporte público, ya que decenas de autobuses hacen parada en la puerta principal del mercado de forma continua a lo largo de todo el día. Igualmente, puede llegarse en metro, bajando en la estación de Noryangjin y cruzando el puente peatonal que conecta la estación con el mercado. En caso de que los visitantes quieran llegar en coche, tienen la posibilidad de aparcarlo en los niveles superiores del edificio. Abierto las 24h del día y sin cierre semanal, Noryangjin es un mercado dinámico, entretenido, y según a qué horas, puede resultar algo caótico debido a la multitud de visitantes que recibe.
Dentro del mercado
Un factor importante a tener en cuenta antes de cruzar la puerta de entrada es el calzado, ya que al ser un espacio en el que abundan las peceras de gran tamaño, el suelo puede volverse resbaladizo por el agua que inevitablemente se derrama de los tanques acuáticos. Lo mejor es optar por zapatos resistentes, cerrados y con buen agarre, o incluso botas que puedan hacer frente a los gélidos charcos de agua. Si alguien no viene ataviado con el calzado apropiado no hay de qué preocuparse, parece que los vendedores saben que los turistas no suelen venir preparados, y por eso, justo en el pasillo de la entrada hay varios tenderos dispuestos a ayudar vendiendo botas de agua de todas las tallas y los colores.

Distribuidos en más de 800 puestos, los visitantes pueden elegir el producto marino que prefieran, que a diferencia de otros mercados, aquí se encuentra en su mayoría nadando dentro de las peceras. Aunque las tarifas suelen ser razonables, los vendedores suelen inflarlas ligeramente, ya que es habitual que los compradores regateen en el precio final. Tras haber elegido la pieza, y haber pagado, el pescadero procederá a preparar el pedido. Con bastante esmero y una forma impecable de trabajar, primero el pescadero retira las vísceras y filetea el pescado separando la espina sin desperdiciar nada de carne. Posteriormente pasa a extraer la piel de ambos lomos, y por último los corta finamente en rodajas a modo de sashimi. Antes de que el comprador se marche, el vendedor amablemente habrá preparado en una bolsa todas las espinas y la cabeza de pescado también para llevar. Es el momento de acudir al segundo piso y elegir un restaurante que termine de preparar el almuerzo.

Al tomar las escaleras, lo primero que se encuentra es una cuchillería que además cuenta con un pequeño apartado que vende souvenirs, para más adelante dar con diferentes puestos con todo tipo de fermentados que se utilizan para elaboraciones como el conocido kimchi, o el oi-muchim, una ensalada picante a base de pepino marinada con salsa de soja y aceite de sésamo. El segundo piso está abarrotado de infinidad de restaurantes repletos de comensales dispuestos a degustar los productos adquiridos minutos antes.

El tercer piso alberga las tiendas de salazón con todas las variedades y tamaños que se puedan imaginar de pescado seco, ya sea colgado en los puestos a modo de secadero natural, o perfectamente envasados al vacío de manera que el pescado conserve todas sus propiedades.
Comer en Noryangjin
Lo tradicional para el almuerzo es empezar con maeuntang, un caldo picante preparado con las espinas de pescado (traídas por el comensal) y algunas verduras como acelgas, cebolla, ajo, brotes de soja y ají picante aderezado con cilantro. Para continuar con un plato de sashimi utilizando el pescado adquirido anteriormente y ya preparado, donde además el cocinero incorporará cebolla encurtida, pasta de wasabi, chile verde, pasta de judía fermentada, y unas hojas frescas de lechuga para envolverlo todo.

Un plato muy común es el cangrejo acompañado de bokkeumbap, un sabroso arroz frito con verduras, kimchi y salsa de soja, servido en el caparazón del cangrejo. El pulpo es el ingrediente principal de multitud de platos de la cocina tradicional coreana, como el sannakji, un platillo a base de rodajas de una especie de pulpo pequeño servido crudo. Lo más llamativo, es que los nervios de los tentáculos hacen que se muevan en el plato del comensal y parezca que el pulpo siguiera vivo.

Igualmente se puede optar por unas vieiras asadas con mantequilla, mariscos cocidos al vapor, o hechos a la parrilla, donde en ocasiones incluso puede comerse la cáscara como es el caso de los camarones a la sal. Para estos platos, lo habitual es el acompañamiento de salsa de soja o wasabi, u otras típicamente coreanas como el gochujang (una salsa fermentada a base de chiles rojos en polvo), o el pohang, (pasta de frijoles fermentados mezclada con chile verde picado y aceite de sésamo).
Para completar la comida, no podrían faltar las bebidas más populares entre los coreanos, que son la cerveza, llamada maekju y el soju, un destilado surcoreano de sabor similar al vodka pero más dulce debido a los azúcares añadidos. Pueden disfrutarse por separado, o mezclando ambas bebidas (30% de soju y 70% de maekju) para la elaboración del famoso cóctel somaek.