Les Corts de Sarrià fue un municipio muy próximo a la ciudad de Barcelona que existió como tal hasta 1836. Aquel año una de sus partes, Les Corts, se independizó. Más de medio siglo después, en 1892, el nuevo ayuntamiento tomó la decisión de construir el primer mercado de la población: El Porvenir. Por ser el pionero en la todavía corta historia de la localidad y por estar levantado en una zona que se creía especialmente próspera. Dos años más tarde, en 1894, abría sus puertas por primera vez.
Aquel nombre tan evocador, bienintencionado, no caló entre las gentes. Una taberna, conocida como «la del ninot», tuvo la culpa. El muñeco de madera que otrora había coronado la proa de un bergantín adornaba su fachada, le daba nombre a la tasca, a la zona y por extensión al mercado. La figura, salvada de su destrucción por el prometido de la hija de los propietarios, tuvo más poder que el nomenclátor municipal.

Pasarían los años y las cosas cambiaron, sin cambiar el mercado. En 1899, la ciudad de Barcelona anexionó el municipio como uno más de sus barrios. En 1931, con la proclamación de la Segunda República Española, el centro fue renombrado con su nombre popular. En 1939, con la llegada a la Ciudad Condal de los sublevados en el contexto de la Guerra Civil, fue nuevamente renombrado. Hasta la restauración de la democracia el mercat del Ninot, no volvió a lucir la denominación popular.
El Mercat del Ninot hasta el día de hoy
Si en 1894 nació como un mercado al aire libre, en 1933 renació con una estructura completamente cerrada, la que ha llegado con algunas remodelaciones hasta el día de hoy. Se conservó la estructura arquitectónica más básica y se dotó al interior de toda clase de servicios. Espacios más amplios, puestos más cómodos, una oferta comercial más equilibrada y ordenada. Una renovación, a escala y salvando los tiempos, como la que sufrió desde 2009 hasta 2015, año en el que abrió renovado de nuevo.

El actual Mercat del Ninot posee interiores renovados y una cubierta renovada. Los nuevos puestos son más vistosos y todavía más amplios que los anteriores. Se han podido incorporar cámaras frigoríficas, obradores y zonas de degustación en las paradas gracias a que se han ganado cuatro metros de fondo en cada una de ellas. Se ha mejorado el almacenaje de productos y se han incluido establecimientos exteriores integrados en el edificio, dando forma a un centro moderno que recuerda su historia y está preparado para afrontar el futuro.
Con alrededor de cuatro millares de metros cuadrados de superficie destinada a la venta, posee casi medio centenar de paradas de materia prima fresca donde hacer la compra diaria que alimente nuestra despensa, una treintena de otra clase de productos y un supermercado. Puestos de frutas y verduras, carnicerías y charcuterías, pescaderías con las mejores capturas llegadas de varias lonjas catalanas, establecimientos especializados en artículos gourmet y espacios gastronómicos como el restaurante La Cuina del Ninot o el bar Ket Les Nenes.