La sopa de almejas que sedujo a Herman Melville en Moby Dick

Plato de sopa de almejas de Nueva Inglaterra o clam chowder
El clam chowder es un plato tradicional de Nueva Inglaterra al que Melville dedicó una parte muy especial en su obra más conocida, Moby Dick.
Por Alfredo Álamo
20 de octubre de 2017
Gastroliteratura

Moby Dick es considerada como una de las más grandes obras de la literatura inglesa, aunque su autor, Herman Melville, nunca conoció en vida este reconocimiento. Al ser publicada apenas vendió unos cientos de ejemplares y sólo tras la muerte del escritor americano recibiría la atención que se merecía. Hoy en día, todos conocemos la historia de la persecución obsesiva de la ballena blanca, pero pocos saben que Melville hizo un alegato dentro del libro a una de sus recetas favoritas, la sopa de almejas.

Esta sopa, llamada en inglés clam chowder, es uno de los platos más conocidos de Nueva Inglaterra, y en el libro se nos muestra a través de los ojos del protagonista, Ismael, el cual nunca había probado el plato con anterioridad. Él no esperaba mucho de la cena… pero el resultado le fascinó.

Hay que decir que el clam chowder no es una sencilla sopa de almejas, sino que estaríamos hablando de algo más parecido a una caldereta, bien espesa y con ingredientes que, en un primer momento, nunca pensaríamos en añadir al marisco. Pero veamos qué tenía que decir el propio Ismael sobre el tema:

¡Oh, dulces amigos, prestadme oídos! Estaba hecho de pequeñas almejas jugosas, apenas mayores que avellanas, mezcladas con galleta de barco machacada y cerdo salado cortado en pequeños copos, todo ello enriquecido con manteca y abundantemente sazonado con pimienta y sal.

El clam chowder es un guiso marinero delicioso. Lleva cebolla cortada a cubos, igual que un poco de patata preparada de la misma forma, y trocitos de cerdo salado. Todo esto se sofríe bien y se añaden las almejas. Se corrige de sal y pimienta y se puede espesar con algo de harina antes de añadir el agua.

Existen hoy en día numerosas variantes, que añaden caldo de pescado en lugar de agua para hacer la sopa, un poco de cebolleta o incluso salsa de tomate. Añadir tomate ha acabado dividiendo la receta en dos grandes variantes, el blanco y el rojo, siendo el blanco el más clásico y que enamoró en su día al gran escritor Herman Melville.