El pavo de Cuento de Navidad, una tradición victoriana

Pavo asado con guarnición clásica
Andrea Goh con licencia CC BY 2.0
Todos recordamos al señor Scrooge mandando comprar un pavo gigante al final de Cuento de Navidad… pero esa era una tradición muy novedosa para la época.
Por Alfredo Álamo
29 de junio de 2017
Gastroliteratura

Aunque todo lo relacionado con la Navidad nos puede parecer que tiene detrás una tradición milenaria, en Inglaterra apenas se celebraban estas fechas alrededor de la mesa. Lo cierto es que la miseria generalizada de las clases medias y bajas no invitaba al festín, pero al llegar el siglo XIX empezó a introducirse esta costumbre que al final acabaría por convertirse en la comida familiar más importante del año.

Dicen que se inició al coincidir la boda de la Reina Victoria en 1848 con una de las primeras apariciones de un árbol de Navidad en Inglaterra, con decoración por todos lados y regalos. Esto incluía, claro, una cena de primer nivel, algo que fue adoptado poco a poco, primero por las clases más altas y luego por el resto de la sociedad, como algo novedoso e importante. A los pocos años, la cena de Navidad se había convertido en una tradición que todos trataban de cumplir.

En Cuento de Navidad asistimos a la cena en familia del ayudante de Scrooge, Bob Cratchit, así como a varias celebraciones de gente poco adinerada. Todo, claro, para que el viejo avaro y cascarrabias se dé cuenta de lo mala persona que es y acabe convirtiéndose en una persona de buen corazón.

Pero, ¿qué se comía realmente en esa época del año? Pues bien, lo primero que llama la atención eran unos paquetitos rellenos de caramelos que se repartían entre los niños y que, al apretarlos, lanzaban su dulce contenido al aire. Esto luego se sustituyó con pequeños regalos.

Frontispicio de la primera edición de Cuento de Navidad de Charles Dickens, año 1843

Luego tenemos las recetas más tradicionales de la comida inglesa, basada sobre todo en la carne, pero que en el siglo XIX empezaba a evolucionar, presentando algunos platos hechos sólo con verduras o frutas. En Navidad son muy típicas las mince pies, pasteles de fruta triturada muy dulces, que suelen servirse de manera individual, aunque también se pueden preparar en tamaños más grandes.

Pero como ya hemos dicho, lo tradicional era el asado de carne. En el caso del pavo, que es el protagonista absoluto en Cuento de Navidad, estaríamos hablando de un alimento introducido a principios del siglo XIX desde Estados Unidos y que hoy en día es quizá el plato estrella en todo el ámbito anglosajón. Carne bien asada y crujiente, lo mejor de la gastronomía inglesa.

Como acompañamiento, las patatas, asadas o en puré, y la salsa de arándanos, que parece ligada por completo a esta celebración. Unas copas de ponche para calentar el espíritu y luego, para los más adinerados, lo típico era disfrutar de unas codornices en escabeche, o algún tipo de carne de caza. Todo eso con algo de ensalada parisina y croquetas.

En cuanto al postre, el más navideño de todos es el pudding de castañas, nesselrode pudding, junto a las mince pies, o algo de fruta de temporada. Licores al margen, claro. Este tipo de comida -quizá un banquete de clase alta- contrasta con algunos de los detalles de Dickens, que presenta a familias que apenas tienen pan y sopa que llevarse a la boca. Los contrastes de la época victoriana son, desde luego, parte de la tradición.