Las latas de conserva nacieron durante los tiempos napoleónicos. Esta manera de preservar los alimentos hizo posible que la vida de los militares en campaña mejorara considerablemente, ya que así podían acceder a alimentos bien conservados y de distintos tipos, incluyendo los vegetales que antes apenas ingerían. Este tipo de envases metálicos esterilizados cierran de forma totalmente hermética, y refugian productos frescos o cocinados, que van desde simples vegetales en agua o salmuera a sofisticados escabeches de pescado o aves y tradicionales platos de cuchara como fabadas y guisos.
La historia cuenta que la primera lata de conservas fue patentada por el inventor inglés Peter Durand. Desde el año del invento, 1810, mucho han evolucionado las latas, llegando a los diseños contemporáneos que alternan rasgos clásicos refinados con estéticas rompedoras. Portugal es un caso aparte en cuanto diseño y producto, ya que la cantidad de marcas del país luso es casi imposible de contar, por lo que nos quedaremos en nuestras conservas patrias, aquellas que surten los colmados y son un as en la manga para improvisar un aperitivo o una cena ligera.
Palacio de Oriente

Desde 1873, las conservas de Palacio de Oriente han revitalizado el sector conservero de Vigo y los paladares de las personas más exquisitas. Su diseño siempre ha jugado con una línea clásica-elegante, que se adaptaba a las tendencias con pequeñas modificaciones y experimentando con distintos materiales. Estas conservas de pescado y marisco se presentan en tradicionales y bellas latas ovales para los productos más típicos -atún claro, bonito del norte- y en algo más curiosos packagings cuando se trata de preparaciones como los filetes de caballa del sur con aceite picante a la antigua con vegetales.
Casa da Avoa

No todas las conservas tienen que ser de sabores del mar. Casa da Avoa, una marca de productos gourmet gallegos, comercializa media docena de conservas de productos porcinos, en concreto, de chorizos o en su gallego original, chouriciños. Estos pequeños chorizos se preparan junto a tradicionales grelos, castañas, queso, con un toque de vino albariño o con ortigas. Todos ellos nadan en abundante aceite de oliva de calidad. Estas curiosas conservas cárnicas 100% made in Galicia están alegremente ilustradas con dibujos modernos e infantiles, que representan su esencia a través de un simpático marinero porcino.
Conservas Cambados

Los productos de Conservas Cambados son una pura muestra de artesanía gastronómica. Sus envases rememoran el espíritu marinero más clásico, y aplican detalles en tela que se asemejan a las redes con las que son capturados los pescados que formarán parte del producto final. Sobre la lata se aplican detalles en dorado que otorgan elegancia, además de una tipografía claramente identificable. Estas conservas artesanas y selectas provienen de la fértil Ría de Arousa, en Galicia.
Conservas Catrineta

Conservas Catrineta es la marca propia de una tienda de conservas de Santiago de Compostela en la que se venden las mejores muestras de esta excelente forma de conservación de grandes productos. El lema de Catrineta es poner en valor uno de los productos gallegos por excelencia. Sus latas resguardan una excelente selección de los grandes pescados y mariscos de tierras gallegas. Su preparación es manual, siguiendo recetas clásicas y técnicas ancestrales. De entre las distintas preparaciones de la marca, destacan las sardinas, el fino jurel en escabeche y la sabrosa caballa conservada en intenso aceite de oliva.