Durante siglos, y a nivel mundial, el pan ha sido un alimento básico y esencial en todas las culturas. Una afirmación evidente. Pero si ya uno mira con lupa en Cataluña, verá que forma parte de su recetario más tradicional con el pan con tomate como protagonista: una gran rebanada de pan ligeramente tostado, con la miga esponjosa, impregnada de tomate natural y bautizada con un chorro de aceite de oliva virgen extra. Maravilloso tentempié o acompañanante. Tanto los hermanos Roca de El Celler de Can Roca como el diseñador Andreu Carulla, conscientes de este manjar clásico, han unido sus fuerzas para crear la vajilla PlatDePa (plato de pan en catalán), el soporte perfecto para servir los postres en el restaurante de Gerona.

El Celler de Can Roca es conocido por crear alianzas artísticas con diferentes profesionales del sector y así maridar arte con gastronomía en un mismo plato. Y Carulla no es nuevo en materializar el imaginario culinario de los hermanos en piezas de diseño. En su momento, ya preparó un plato especial para el postre de Joan Roca, El gol de Messi, o el Món Roca, con el que daba arranque al menú relacionado con cada continente, o incluso el que creó para acompañar unas anchoas, una tabla de madera que recordaba a un puerto pesquero en su pleno esplendor.

Para esta ocasión, Andreu ha cogido el pa amb tomata y, con la hogaza como lienzo, ha convertido sus rebanadas de pan payés en originales placas de aluminio para presentar toda clase de postres de los Roca. ¿Cómo lo ha conseguido? El diseñador, después de comprar un pan de verdad de 1,5 kg en la panadería más cercana y cortarlo en rebanadas, se acercó a una fundición de confianza para hacer el molde y colarlo en aluminio. Así, cada porción está hecha de una miga única. Y cuando juntas todas, forman una verdadera hogaza metalizada.

Muy de mojar no es, así que cuando acudas a El Celler de Can Roca, cuidado con pretender rebañar el plato con él.