Se licenció en Publicidad y Relaciones Públicas, se diplomó en Diseño de Moda y estuvo metida de lleno en ambos mundo hasta que en el año 2012 decidió poner punto y aparte y empezar con Miguel Sánchez un proyecto personal que los ha llevado hasta donde están, Chichinabo Inc. Patricia Lázaro, madrileña treintañera, se define por la sal; "pasa desapercibida pero, cuando no está, se echa de menos". Sus raíces valencianas son las responsables de que en su despensa no falté un paquete de arroz, "siempre me queda la esperanza de que mis genes valencianos me posean y me salga una paella deliciosa", pero no pasa del arroz a la cubana según nos confiesa. Y puestos a confesar, nos cuenta un placer inconfesable que hasta hace poco no sabía que tenía: comer las gambas a la plancha sin pelar. Su ciudad gastronómica favorita es la última que ha visitado, Lisboa, su máxima para vestirse a la hora de salir a cenar ir cómoda y su rincón foodie perfecto para desconectar Casa Fidel, en Madrid. ¿Cuál será su bebida favorita? ¿Y su último descubrimiento gourmet? Descubrámoslo.
¿Qué ingrediente te define?
Pues yo creo que la sal: pasa desapercibida pero, cuando no está, se echa de menos.
¿Qué podemos encontrar en tu despensa?
Arroz. Siempre me queda la esperanza de que mis genes valencianos me posean y me salga una paella deliciosa. Por desgracia, y no sé muy bien por qué, no paso del arroz a la cubana.
¿Y en la nevera?
Yogur, siento una terrible adicción.
¿Cuál es tu playlist para una comida con amigos?
Me gusta que la gente se sienta como en su casa, así que dejo que ellos pongan la música. Una ventaja es que de esta manera nuestras comidas dejan de tener cortes publicitarios.
¿Y la canción para el fin de fiesta?
Me gusta acabar a lo grande, así que, de qué mejor manera que con el "Pavo real" de José Luis Rodriguez, el Puma.
¿Qué distingue a un buen anfitrión?
Un buen anfitrión es aquel que invitándote a tomar el aperitivo piensa en los hielos para las copas de después de comer.
¿Qué significa para ti la cocina?
La cocina es ese lugar mágico de la casa donde haga lo haga, desde un puré hasta una cena de Navidad, siempre mancho siete ollas.
¿Un placer (in) confesable?
El otro día descubrí lo inconfesable de uno de mis placeres gastronómicos. Comenté que me gustaba comerme las gambas a la plancha con cáscara. Nunca lo volveré a decir.
¿Una ciudad gastronómica?
Qué difícil elección. Una de las cosas que más me gustan hacer cuando viajo es comer, así que me preocupo de tener buenas recomendaciones, el O Piteu en Lisboa fue una de las últimas.
¿Un rincón gastro para desconectar?
Me encanta ir a Casa Fidel al medio día. Tranquilo y con un fantástico menú casero.
¿Un aroma?
El del café recién hecho.
¿Un capricho reciente?
Desayunar tostadas con queso. Todo aquel que tenga el colesterol alto me entenderá.
¿Una locura gastronómica?
Seguir comiendo queso a lo largo del día.
¿Una bebida?
Cualquiera que me conozca podría decirlo... la Coca-Cola Light.
¿Qué llevas cuando te invitan?
Cerveza o vino. Nunca es suficiente.

¿El look perfecto para salir a cenar?
Superé hace años, con algún constipado de más, mi fase de adolescencia donde la máxima era "para lucir hay que sufrir". Así que ahora el "look perfecto para salir a cenar" puede ser el mismo que para dar un paseo o tomarme un café con unos amigos. Me gusta ir cómoda.
¿A qué cinco personajes vivos o muertos invitarías a tu cena-fiesta?
A Martirio para que me cantara como sólo ella sabe; a Arguiñano para que nos cocinase algo rico rico mientras que ameniza la espera con su gran repertorio de chistes; a Paul Newman, si tengo el poder de resucitar, a Sherlock Holmes, soy fan de ese personaje; y a Miguel, el otro Chichinabo, para que fuera testigo de tanto arte.
¿Cuál sería tu última cena?
Algo rico tipo unas albóndigas con patatas fritas.
¿Qué ingrediente o materia prima consideras sobrevalorado?
El cilantro, sin duda, acaba con cualquier sabor que lo acompañe.
¿Tu noche favorita de la semana?
El miércoles. Nos juntamos los amigos para ver una peli y cenar. La gracia del plan, además, es que cada semana es uno el encargado de hacerlo todo. El summum es ver cómo nos picamos unos con otros e intentamos casar el menú con la temática de la película.
Cuando entras en un restaurante, ¿en qué te fijas primero?
En la luz. Creo que es esencial para crear un buen ambiente.
¿Tu último descubrimiento gourmet? Restaurante, café, bar...
La Carmencita en Chueca. Precioso lugar y deliciosa comida cuya filosofía se basa en recuperar lo tradicional.