Tempest Long White Cloud, cerveza pale ale con aroma a Nueva Zelanda

Lata de Long White Cloud con el mar de fondo
Tempest Brewing Co
Tempest Brewing Co es una microcervecería escocesa fundada en 2010 pero con orígenes neozelandeses. Su buque insignia es precisamente una NZ Pale Ale elaborada con lúpulos traídos de Nueva Zelanda y que rinde tributo a este país.
Por Antony Peel
07 de agosto de 2020
Cervezas artesanas

La cerveza siempre ha estado muy presente en la vida de Gavin Meiklejohn aunque seguramente nunca se imaginó convertirse en el fundador y propietario de una las cerveceras artesanales más importantes del mundo. Casualidades de la vida, conoció precisamente a su mujer Annika en un brewpub en Canadá, a donde había llegado desde su Escocia natal. Ahí justamente, en la Columbia Británica, tuvo su primera experiencia profesional en el mundo de la cerveza, trabajando durante un corto periodo en lo que es actualmente Whistler Brewing Company.

Pero Gavin y Annika pronto decidieron ver mundo y acabaron estableciéndose en Nueva Zelanda, el país natal de ella. Gavin trabajaba como chef, pero en su tiempo libre se montó su propio equipamiento de fabricación casera en el garaje de su casa en la localidad de Christchurch y comenzó a experimentar con el homebrewing, incluso llegando a realizar algún que otro curso en Australia. La buena acogida de esas cervezas por parte de sus más allegados despertó todavía más el interés de Gavin por convertir su hobby en profesión. Pero el verdadero detonante para el alumbramiento de Tempest Brewing Co tuvo lugar con la vuelta de la pareja a Escocia en 2007.

Se establecieron en Kelso, una pequeña localidad del concejo de Scottish Borders, una de las divisiones administrativas escocesas fronterizas con Inglaterra, donde Gavin comenzó a trabajar en The Cobbles Inn. Ahí se dio cuenta de que las gentes del lugar necesitaban una cerveza autóctona y él se creía capacitado de sobra para satisfacer esa demanda. Así, en 2010, nació oficialmente Tempest Brewing Company en una antigua lechería. El nombre escogido hace referencia al proceso creativo y a la forma que tiene Gavin de afrontar la creación de sus recetas: una tormenta perfecta de ideas y experimentos que siempre acaba desembocando en cervezas muy atrevidas, con mucho sabor y aroma, con claras influencias norteamericanas y neozelandesas, sobre todo en lo que al lúpulo se refiere.

Las cervezas de Tempest tuvieron un éxito casi inmediato y enseguida se vio que la fábrica inicial se iba a quedar pequeña para el crecimiento que se preveía. Para 2013, las cervezas de Gavin ya estaban presentes en mercados tan diversos como Japón, Rumanía, Serbia o Singapur y la reputación de la microcervecería hizo necesaria una ampliación, trasladándose a la localidad cercana de Tweedbank con más espacio para la fabricación y mayor capacidad de embotellamiento. Una nueva fábrica que conllevó un rebranding de la marca y, en definitiva, un nuevo comienzo.

A partir de ahí, un trienio marcado por una nueva ascensión meteórica, comenzando por el año 2016 en el que Tempest recibió el reconocimiento a su trabajo en numerosos festivales y certámenes cerveceros, recogiendo multitud de premios y galardones; siguiendo en 2017 con la inauguración de su propio festival de cerveza bianual; y terminando en 2018 cuando fue incluido por primera vez en la lista de las 100 mejores cervecerías del mundo por parte del prestigioso portal especializado Ratebeer. Un éxito que nunca se le ha subido a la cabeza, manteniéndose fiel a sus principios y convirtiéndose en 2019 en la primera cervecera del Reino Unido en formar parte de la organización One Percent for The Planet, destinando el 1% de sus ventas anuales a causas medioambientales.

Un tributo cervecero a la tierra de la larga nube blanca

Sirviendo una Long White Cloud en su vaso correspondienteTempest Brewing Co

De la misma manera que tampoco se ha olvidado de sus orígenes, aquel pequeño garaje neozelandés en el que Gavin elaboraba sus primeras cervezas antes de alcanzar la fama en su Escocia natal. Orígenes que homenajea su Long White Cloud, la cerveza con la que empezó todo, que a día de hoy sigue siendo el buque insignia de la marca y su referencia más vendida en el mundo.

Para empezar, la Tempest Long White Cloud se define como una NZ Pale Ale, es decir, una cerveza rubia de alta fermentación elaborada con lúpulos de origen neozelandés, a saber, Nelson Sauvin, Motueka, Rakau y Waimea. Por otro lado, su nombre es un tributo a Nueva Zelanda. En inglés, se conoce al país oceánico como the land of the long white cloud -la tierra de la larga nube blanca-, concepto que resulta de la traducción directa del nombre maorí del país, Aotearoa. Además, su etiquetado también muestra un típico paisaje neozelandés con lo que bien podría ser el Monte Cook de fondo.

Volviendo a la cerveza en sí, se trata de una birra bastante compleja, con multitud de aromas frutales, florales y cítricos. Se perciben notas a limón, mango, uva, grosella, melocotón, papaya, lima y muchas otras frutas tropicales y cítricas, logrando un perfecto equilibrio entre acidez, dulzor y amargor. Los lúpulos neozelandeses empleados resultan bastante más sutiles que otras variedades americanas, haciendo que esta LWC sea menos resinosa y mucho más bebible y refrescante que la típica American IPA.

Por otro lado, además de la malta de cebada, en su elaboración se añade una buena cantidad de avena y trigo, haciéndola ganar en cuerpo y textura y aumentando la turbidez de la cerveza. El resultado es una birra burbujeante, a la que algunos expertos han llegado a comparar con un vino sauvignon blanc neozelandés, de espuma blanca y cremosa, con una graduación alcohólica del 5,4% y un amargor cuantificado en 30 IBUs.

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