De un tiempo a esta parte, la Comunidad Valencia viene siendo un importante motor para el resurgir de la cerveza artesana en nuestro país. En las tres provincias de esta comunidad autónoma encontramos muy buenos ejemplos de microcervecerías capaces de elaborar productos de la más alta calidad, pero el caso de Red Courtesy, una cerveza producida en la ciudad de Elche, es totalmente diferente a los demás.
Normalmente asociamos la cerveza a un concepto más bien vulgar, chabacano u ordinario, alejado del refinamiento del vino o el carácter premium de los espirituosos más nobles. Red Courtesy llega para cambiar esa idea y nuestra mentalidad al respecto, ya que pretende ser una cerveza gourmet, elegante y delicado para paladares mucho más refinados. Hasta tal punto de definirse en su web y canales oficiales como emotional gastronomic beer, es decir, una cerveza gastronómica emocional.
Esa elegancia queda perfectamente reflejada en la presentación de Red Courtesy, una cerveza que se comercializa en una especie de vasija de cristal japonés de color negro, coronada por un tapón de corcho, en lugar de la chapa metálica a la que estamos tan acostumbrados, y que nos transmite la sensación de estar abriendo una botella de cava en vez de una cerveza. La única nota de color que rompe la monocromía de este envase es un círculo rojo que nos recuerda sin lugar a dudas a la bandera de Japón.
Esas dos reminiscencias a tierras niponas no son una casualidad, ni mucho menos. David Company, CEO de Hidden Ice S.L., empresa alicantina detrás de la creación de esta cerveza única en su estilo, es un enamorado de la cultura japonesa. Hasta tal punto que la cerveza Red Courtesy está fuertemente inspirada en Ikumi Keiki, una mujer japonesa que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX y que tuvo un fuerte impacto sobre Theodore Roosevelt y su perspectiva de las costumbres niponas mientras trabajaba en el tratado de paz que acabaría con la guerra entre Rusia y Japón.
Es la persona que inspira cada gota de nuestra esencia, cada trazo de nuestras palabras, cada declaración de nuestra actitud, cada rasgo de nuestros valores y cada decisión de nuestro destino.
Red Courtesy Cerveza Viva: una cerveza con ritual de servicio
Como ya os habréis imaginado, Red Courtesy no es una cerveza cualquiera. No es la lager con la que brindaríamos haciendo chocar una enorme jarra a grito pelado mientras nos apoyamos en la barra del bar de la esquina. Todo lo contrario. Se trata de un producto de un gran refinamiento y elegancia que cuenta con su propia ritual de servicio. Esta cerveza, con un contenido alcohólico de 5,5%, ya de por sí posee unas notas florales y aromáticas que se acentúan aún más si se sirve apropiadamente.

En primer lugar, esta cerveza, y siempre según sus creadores, no debe degustarse en un vaso cualquiera, sino en un cáliz del mismo material negro y opaco que la botella. En segundo lugar, puede y debe hacerse acompañar por diferentes botánicos, al más puro estilo gin tonic, que le dan un toque diferente según la orientación que queramos proporcionarle a esta cerveza. De esta manera, los creadores de Red Courtesy aconsejan servir esta cerveza haciéndola pasar un chakoshi o infusor para té japonés que contenga pimienta de Jamaica, flor de azahar o cidra, según queramos darle un aporte más especiado, floral o cítrico, en lugar de verter el contenido de la botella directamente en el cáliz.
Siempre servida a una temperatura que ronda los 5 o 6 grados centígrados, el hecho de elegir aromatizar nuestra cerveza con pimienta, flor de azahar o cidra nos permitirá maridarla mejor con diferentes alimentos. Así, una orientación especiada es ideal para salazones, frutos secos y carnes rojas; una orientación floral resulta más apropiada para gazpachos, verduras, ensaladas, pescados y, como no, sushi; mientras que finalmente una orientación cítrica es perfecta para arroces, carnes blancas y mariscos.
Ahora que hemos acabado de explicar la naturaleza de esta Red Courtesy y dar la visión que tienen de ellas sus propios creadores, que ninguna de estas recomendaciones de servicio o el postureo gourmet que le rodea te echen para atrás. Ante todo, se trata de una cerveza, y una cerveza buena que de verdad vale la pena catar en cualquier circunstancia, sin necesidad de hacerse acompañar por ningún tipo de botánico ni kit para infusiones japonesas. Sólo el afán de descubrir nuevos sabores y variedades cerveceras.