Minoh es una ciudad de tamaño medio ubicada en Osaka, Japón, a escasos 15 kilómetros al norte de la capital de la prefectura del mismo nombre. Famosa por sus parques naturales y templos budistas milenarios, en ella se fabrica una de las marcas de cerveza niponas más galardonadas de los últimos años. En el corazón de esta ciudad de apenas 130.000 habitantes, se encuentra una pequeña fábrica de cerveza artesanal que ha logrado conquistar el paladar de los amantes de la cerveza de medio mundo con sus productos de altísima calidad.
Minoh Beer, que así se llama la microcervecería protagonista de esta historia, es una pequeña brewería familiar regentada por las hermanas Ohshita. ¿Te imaginas ser un gran aficionado a la cerveza y despertarte una mañana para descubrir que tu padre te ha comprado una fábrica? Esa es más o menos la historia detrás de Minoh Beer, el proyecto cervecero de un empleado de una tienda de licores que decidió poner a sus hijas Mayuko y Kaori Ohshita al cargo de la empresa en 1997, solamente un año después de su fundación.
Durante estos 20 años de vida, la compañía ha logrado convertirse en una de las más innovadoras del panorama cervecero japonés. A pesar de ser una fábrica pequeña con una producción anual bastante limitada, a años luz del volumen de las Asahi, Kirin o Sapporo, y con apenas una decena empleados en plantilla, año tras año se supera con productos reconocidos por la crítica cervecera internacional. Entre esas cervezas hay que incluir su aclamada Minoh W-IPA, la mejor Imperial IPA del mundo en 2015, o la Minoh Cabernet Ale, un híbrido de cerveza y vino elaborado con uvas Cabernet Sauvignon.
Minoh Imperial Stout, una de las mejores cervezas porter y stout del mundo
Pero uno de los mayores éxitos de la compañía Minoh Beer es sin duda su Minoh Imperial Stout, el auténtico orgullo de la cervecería. Se trata de una cerveza negra premiada como la mejor porter y stout en los World Beer Awards de 2010 y 2013, y nombrada como mejor cerveza asiática de su categoría durante varios años consecutivos. Como todas las Imperial Stout, se trata de una cerveza muy oscura, fuerte, de alta graduación alcohólica (8.5%) y con notas de café y chocolate negro amargo.
Verter su contenido en el vaso apropiado, en este caso una copa snifter para la degustación de coñac o brandy, deja al descubierto una cerveza completamente negra y muy densa, con una espuma igualmente oscura y un aroma a maltas muy tostadas. Su alto grado de amargor, junto con ciertos toques de vainilla y ciruela, hacen de esta Imperial Stout una cerveza perfectamente equilibrada, a la altura de las mejores de su estilo cervecero.
Lamentablemente, se trata de una cerveza bastante complicada de conseguir, especialmente en España. Cada año la empresa produce una pequeña cantidad de botellas que suelen salir a la venta entre finales de enero y San Valentín (de hecho, su antiguo etiquetado se refería a ella como una vallantine beer) y que se comercializan hasta agotar existencias. Rara vez está a la venta a través de la página web de la marca, y por ello es recomendable su cata en cuanto se tenga la menor oportunidad. Y el mejor sitio para hacerlo es, sin duda, el famoso Belly Beer de Osaka, el bar de cerveza artesanal propiedad de Minoh Beer y que atrae a miles de amantes de la cerveza japonesa todos los años.