Kuchlbauer Turmweisse, la obra de Hundertwasser hecha cerveza de trigo

Botella y vaso de Kuchlbauer Turmweisse
Brauerei zum Kuchlbauer GmbH & Co KG
Brauerei zum Kuchlbauer es una cervecería bávara que destaca por sus cervezas de trigo y por la imponente Kuchlbauer Turm, diseñada por Friedensreich Hundertwasser y construida en las inmediaciones de su fábrica. Su Turmweisse es una hefeweizen clásica que rinde homenaje a esta espectacular obra arquitectónica.
Por Antony Peel
27 de noviembre de 2020
Cervezas artesanas

Friedensreich Hundertwasser es uno de los artistas y arquitectos más conocidos del siglo XX, además de ser un importante activista medioambiental. Nacido en Viena en 1928, su obra arquitectónica destaca sobre todo por las formas irregulares, las líneas curvas, la incorporación de elementos de la naturaleza a sus edificios y una vitalidad imaginativa sin parangón. Su obra más conocida es indudablemente el famoso Hundertwasserhaus de la capital austriaca, un edificio de apartamentos de estilo expresionista que reúne todas las ideas y conceptos del genial artista en una sola construcción: suelos ondulantes, paredes irregulares, tejados cubiertos de vegetación y árboles creciendo dentro de las estancias son sólo algunas de las características más notables de la que se ha convertido en toda una atracción turística en Viena.

Pero, ¿dónde se cruza el mundo de la cerveza en el camino de Hundertwasser? La respuesta es Abensberg, una pequeña localidad alemana de la región de Baviera de apenas 14.000 habitantes, y ubicada a unos 100 km al norte de Múnich, con una gran tradición cervecera pues han pasado hasta siete fábricas por la ciudad a lo largo de su historia. Una de las que más ha perdurado en el tiempo y ha llegado hasta nuestros días es Brauerei zum Kuchlbauer, cuyos orígenes se remontan al año 1300, siendo la más antigua de la localidad. Desde entonces ha pasado por diferentes manos hasta que en 1904 fue adquirida por la familia Salleck que sigue en posesión de la misma con la novena generación familiar al frente de las operaciones.

A día de hoy se trata de una de las cerveceras más grandes de Baviera, con capacidad para producir unos 110.000 hectolitros al año, especializándose en las cervezas de trigo de las que elabora hasta seis variedades diferentes. Pero si hay algo por lo que realmente destaca Kuchlbauer es por su fábrica y su entorno espectacular, una auténtica obra de arte en la que el mencionado Hundertwasser ha tenido mucho que ver, pues suyo es el diseño de la joya de la corona de la marca: la famosa Torre Kuchlbauer o Kuchlbauer Turm.

La cúpula en forma de cebolla de la Torre KuchlbauerBrauerei zum Kuchlbauer GmbH & Co KG

En 1999, un año antes de su muerte, Hundertwasser diseñó una torre de 70 metros de altura por encargo del que era entonces el dueño de la empresa, Leonard Salleck. No llegó a ver su obra culminada, pero prácticamente una década después su colega Peter Pelikan reformuló y readaptó la propuesta inicial y comenzó a dar vida a la que es hoy en día el símbolo por excelencia de Kuchlbauer. Una construcción singular que rinde homenaje a la cultura cervecera bávara en cuyo interior encontramos exposiciones dedicadas a este mundillo, como por ejemplo una colección de más de 4000 vasos de cerveza de trigo, y cuyo exterior representa perfectamente el ideario de Hundertwasser en su estado más puro: líneas irregulares, ventanas que parecen bailar, huéspedes en forma de árbol y cúpulas que asemejan cebollas.

Turmweisse, la hefeweizen que luce con orgullo la Torre Kuchlbauer

La torre es el remate para un entorno idílico que también incluye el museo KunstHausAbensberg y un amplio espacio que cada año alberga los coloridos mercados de Pascua y de Navidad y donde se celebra el festival de Gillamoos, uno de los más antiguos de Baviera. A pies de Kuchlbauer Turm se encuentra el biergarten de la marca donde poder degustar todas sus referencias, siempre que las condiciones meteorológicas no nos hagan refugiarnos en la carpa anexa levantada a tal efecto.

Precisamente una de las seis referencias, todas de trigo, que podemos beber en su biergarten es su Turmweisse que, junto a la Weisse, la Alte Liebe, la Aloysius, la Sportsfreund y la Alkoholfreie Weisse, conforman el catálogo de cervezas fijas de la marca alemana. Como se deduce de su nombre, está cerveza rinde homenaje al monumento arquitectónico más emblemático de la marca como así lo atestigua su etiqueta que nos muestra la Torre Kuchlbauer sobre un fondo negro y con su nombre escrito en una fuente que habría firmado el mismísimo Hundertwasser.

Detalle de la botella de Kuchlbauer TurmweisseBrauerei zum Kuchlbauer GmbH & Co KG

La Turmweisse es una hefeweizen clásica, aunque quizás subida un tono de color, pues resulta a la vista más cobrizo que otras referencias de este estilo, posiblemente debido a sus reflejos rojizos, sin llegar a la gama cromática de las weizenbock o las dunkelweizen. Se trata de una cerveza sin filtrar y, por lo tanto, algo turbia que sigue las directrices de la Ley de Pureza Alemana de 1516, empleando en su composición las mejores maltas de cebada y de trigo de la región. Con algo más de carbónico que otras variedades, da la sensación de ser una cerveza muy efervescente y picante, en la que se perciben los ya clásicos aromas a pan, galleta, clavo, cilantro y plátano, además de otros matices menos habituales como el albaricoque o la mandarina.

Con una graduación alcohólica del 5,9% y una espuma blanca, cremosa y persistente, se ha concebido como la cerveza perfecta para el aperitivo alemán para combinar con algún pretzel o weisswurst (la tradicional salchicha blanca bávara) antes de sentarse a disfrutar de una comida más copiosa. Eso no quita que pueda maridar a la perfección con otros alimentos como el pescado, el pollo o platos con espárragos. Y además resulta la excusa perfecta para acercarse a Abensberg y disfrutar de un entorno cervecero sin igual.

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