El cierzo es el viento típico del valle del Ebro, un viento de componente noroeste, fresco, seco y poderoso que suele soplar de forma intensa en Zaragoza durante todo el año, aportando frescor en verano y muchísimo frío en invierno. Es todo un símbolo de la capital aragonesa y más aún desde 2018, año en el que nace Cierzo Brewing Co, una de las mejores cerveceras artesanales en el panorama nacional, y cuyo nombre y logotipo rinden homenaje al viento que ya forma parte de la identidad de la ciudad.
Pudiera parecer una microcervecería joven pero lo cierto es que sus responsables tienen un importante bagaje en ese mundillo pues Cierzo no es más que el resultado de la fusión de diferentes proyectos cerveceros aragoneses. Por un lado, tenemos a su maestro cervecero Sergio Ruíz, responsable durante muchos años de los designios de Populus, la famosa marca de cervezas artesanales con sede en Caspe, por otro lado, el Hoppy Craft Beer House, uno de los bares de referencia en el sector craft español, y finalmente dos grandes de la distribución de birras como son Lupulus y Gourpass.
El resultado de la formación de este de superequipo no podía ser otro que un proyecto cervecero serio que promete dar que hablar a pesar de la juventud de la marca. Un proyecto que gracias a la campaña de crowdfunding que lanzaron hace menos de un año ha logrado captar a los inversores necesarios para dar impulso a una idea primordial, la de crear cerveza de verdad, sin sucedáneos, noble y con alma, como bien explican sus responsables quienes no conciben otra manera de fabricar cerveza que no sea con pasión, respetando cada receta, sus tiempos y sus ingredientes.

A día de hoy, Cierzo cuenta con dos enclaves principales. Por un lado, su fábrica en la localidad de Caspe, aprovechando los cimientos construidos en su día por Populus, y donde elaboran prácticamente una decena de referencias de la más alta calidad que luego son distribuidas por el resto de la geografía nacional e internacional. Y por el otro lado, la joya de la corona de la marca, su brewpub en el centro de Zaragoza donde también se fabrica cerveza en menor cantidad y donde se puede degustar acompañada de cualquiera de los platos de su amplia carta.
Una Imperial IPA aragonesa elaborada con melocotón D.O. Calanda
En ese mismo local céntrico de la capital aragonesa, podemos probar uno de los buques insignia y quizás una de las cervezas más representativas de Cierzo Brewing junto a su Citra y Mosaic. Hablamos de Calanda, una doble IPA monovarietal elaborada con un solo tipo de lúpulo, en este caso Simcoe, añadido en double dry-hopping para resaltar todavía más los aromas de este lúpulo americano.
Pero su aspecto más peculiar y que además le aporta mayor carácter local es la adición durante la fase de fermentación de melocotón con D.O Calanda, una variedad natural del municipio turolense del mismo nombre, obteniendo así unos aromas y sabores únicos. El resultado es una cerveza de color anaranjado, ligeramente turbia, porque en su elaboración también se emplea trigo además de maltas Extra Pale y Maris Otter, y muy aromática, en la que destacan los matices dulces del melocotón, que compensan muy bien el amargor del lúpulo.
Ciñéndonos a datos puramente numéricos, se trata de una Imperial IPA con DDH que alcanza una graduación alcohólica del 8% y un índice de amargor cuantificado en 80 IBUs, aunque como bien hemos comentado antes no se percibe tal intensidad gracias sobre todo a las notas afrutadas que aporta el melocotón de Calanda.

Mención aparte merece su etiquetado y envasado, pues sigue las últimas tendencias en el panorama cervecero artesanal y se distribuye en unas vistosas latas de 44cl con un guiño a la fruta que le otorga su carácter diferenciador. Además cabe destacar que el logo de la marca, la típica flecha empleada en mapas meteorológicos para indicar la fuerza y dirección del viento se adapta a cada cerveza para representar gráficamente su contenido alcohólico y su carácter dulce o amargo. En este caso, con un solo vistazo está claro que hablamos de una cerveza muy potente.