La ciudad de Leeds, situada en el norte de Inglaterra, es una de las localidades más importantes y pobladas del país británico. Conocida como la Londres del Norte, se ha convertido en un centro cultural, financiero y comercial de la región histórica de Yorkshire, a lo largo de los últimos años también se ha ganado cierta reputación por su escena craft como también ocurre en la mayoría de las grandes urbes inglesas.
Y eso es sin duda gracias a la labor de Northern Monk Brewing, una de las cervecerías artesanales más prestigiosas del Reino Unido. Bajo el lema Fresh from the North, en alusión a la frescura de su cerveza y a su procedencia geográfica, tanto el nombre como el logotipo de esta cervecera rinden homenaje a los monjes que durante la Edad Media abastecían a la región de su pan líquido.
La historia de Northern Monk comenzó en 2013 cuando Russell Bisset y Brian Dickson, fundadores, directores y cabezas visibles de este proyecto, dieron el pistoletazo de salida en el sótano de la casa de la madre del primero. Apenas cinco años más tarde ya exportaban sus referencias a 23 países del mundo, incluyendo España. Un crecimiento estratosférico, debido en gran medida a las adecuadas decisiones estratégicas de la marca, pero obviamente también a la excelente calidad de la cerveza que producen.
El primero gran paso lo pudieron dar con la ayuda económica de algunos familiares, con la que pudieron montar su propia fábrica en 2014 en el emblemático distrito de Holbeck. En su momento, este barrio del sur de la ciudad fue una de las cunas de la Revolución Industrial, pero desde entonces está en claro declive, a pesar de los esfuerzos de empresarios locales, como es el caso de Northern Monk, para regenerar y crear riqueza en la zona.
El éxito fue casi inmediato y Russell y Brian comenzaron a doblar sus cifras de producción y ventas año tras año, por lo que su primera fábrica pronto se les empezó a quedar pequeña. Tocaba dar el segundo gran paso: una campaña de crowdfunding con la que recaudaron más de un millón y medio de libras esterlinas en apenas dos semanas, lo que les permitió ampliar sus instalaciones iniciales y también inaugurar una nueva fábrica en 2017, con mucha mayor capacidad y donde se elabora gran parte de la cerveza de Northern Monk ubicada a menos de un kilómetro de su emplazamiento original en Holbeck.
Northern Monk Origin, la IPA sin gluten venida del norte
Además de estas instalaciones y de las dos ferias cerveceras que organizan cada año, la marca inglesa también está muy orgullosa de sus taprooms a los que han bautizado como refectorios como no podía ser de otra manera, abiertos tanto en Leeds como en Manchester, donde han aterrizado hace relativamente poco.
En ellos se puede degustar todas las referencias de Northern Monk, incluyendo por supuesto su gama fija, sus cervezas de temporada que sólo lanza en determinadas épocas del año, su línea twist o ediciones limitadas de sus cervezas fijas y estacionales, y también aquellas encuadradas dentro de su Patrons Project, un proyecto colaborativo con diversos artistas y deportistas del norte del país.
Y ese catálogo tan diverso, en el que encontramos cervezas de todos los estilos, desde las IPA más amargas y aromáticas hasta las stout más dulzonas, no deja de lado a los amantes de la buena cerveza que sufren de celiaquía o algún grado de intolerancia al gluten. De hecho, en su portfolio encontramos varias referencias sin gluten, entre las que sin duda hay que destacar su Northern Monk Origin, que se ha convertido en una de las cervezas fijas de su gama core.
A pesar de someterse a un proceso para eliminar el gluten de la cerveza, estamos ante una India Pale Ale en toda regla, con todo el aroma y amargor que ello conlleva. Es prácticamente imposible notar la diferencia entre esta gluten-free y otra IPA estándar, pues posee todo el sabor, las notas lupuladas y los aromas tropicales que solemos encontrar en cualquier otra referencia de este estilo en el mercado.
Con una graduación alcohólica del 5,7% y 40 IBUs de amargor, destaca por sus notas resinosas y a pino, muy refrescante y con un toque quizás algo ácido. De color anaranjado, se comercializa únicamente en latas de 33 cl para preservar todo su aroma, además de directamente en tirador en aquellos locales que tengan la fortuna de poder hacerse con un barril de esta cerveza.
¿Y por qué Origin? El nombre se debe a que se trata de un homenaje a los orígenes de la IPA y a la evolución natural de este estilo. Como ellos mismos la definen en Northern Monk, la evolución de la tradición.
