En las cercanías del Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, a tres metros de profundidad, una larga manguera succiona el agua de mar con la que se elabora una de las cervezas más particulares que ha visto el sector cervecero artesano de nuestro país en mucho tiempo, la cerveza Negra Marinera de Mustache.
El líquido elemento recién extraído del mar en una zona caracterizada por la claridad de sus aguas, donde crece el mejor marisco gallego, es concienzudamente limpiada, purificada y microfiltrada —manteniendo gran parte de sus sales naturales—, preparándola para la elaboración de la cerveza. Es una vez en la pequeña cervecera cuando a ella se añaden seis tipos de maltas de cebada de gran calidad, tres variedades diferentes de lúpulo, sumamente aromáticos, y una pizca de pimienta roja, oriunda de la Guayana francesa.
Con todos los ingredientes dispuestos y tras una laboriosa doble fermentación, en la que a cada paso se le dedica el tiempo que necesita, sin acelerar ni una sola fase como suele hacerse a nivel industrial, la cerveza Mustache Negra Marinera queda preparada.
Una cerveza que recuerda la tradición que durante siglos no pocos pueblos marineros europeos han mantenido, regando con cerveza negra el consumo de otras y mariscos. Esta, con su genuina salinidad y una cremosidad poco común en este tipo de cervezas, es el perfecto maridaje de los productos del mar. Desde las Rías Baixas a la mesa. Y en copa, donde mejor se aprecia.