A nivel gastronómico, la región italiana de la Toscana es conocida por su aceite de oliva, sus crostini de hígado, sus pappardelle, pero sobre todo por su tradición vinícola, en la que destaca el Chianti, posiblemente el caldo toscano de más renombre a nivel internacional. Pero en esta tierra tan de vino también hay espacio para la cerveza local, sobre todo la de calidad, como la que elaboran en Birra Nostrale.
Este proyecto nació en 2014 de la mano de Massimo Moncini, un apasionado del vino y de la cerveza con años de experiencia en la fabricación casera, que quería convertir su hobby en profesión, prestando especial atención al producto y la materia prima local. Y la mejor manera de hacerlo fue integrando su birreriadentro de la Fattoria del Poggio di Borgo a Buggiano, una granja ubicada en la provincia toscana de Pistoia, a medio camino entre dos de las ciudades más emblemáticas de la región: Pisa y Florencia.
Esta explotación agraria ocupa una parcela unas 7 hectáreas sobre las colinas de Buggiano, a una altura de entre 150 y 350 metros sobre el nivel del mar, y en ella se cultivan orgánicamente diferentes plantaciones frutales y florales como fresas, cerezas, nueces, lavanda o lúpulo, además de producir aceite y miel. Como es de suponer, muchos de estos cultivos y productos acaban formando parte de los ingredientes de las referencias de Birra Nostrale.
Otra de las grandes pasiones de Moncini es la música punk, de ahí su amistad con su tocayo Massimo Zamboni, el guitarrista y compositor italiano conocido por su paso por el grupo CCCP Fedeli alla línea, formado en los años 80 y que se definía a sí misma como una banda de punk filosoviético. Zamboni es considerado como uno de los padres del rock alternativo y punk rock italiano pero, curiosamente, además de músico, cantautor y escritor, también es productor de espelta y ha contribuido en más de una ocasión con ingredientes para las cervezas de Birra Nostrale.
Spara Jurij, un crisol de lúpulos inspirado en la tragedia del vuelo KAL007

Pero CCCP y Massimo Zamboni no sólo han ayudado con las materias primas sino que también han sido una fuente de inspiración para Moncini. Sin ir más lejos, el eslogan de Birra Nostrale imita al de la banda de punk, birra fedeli alla lína - cerveza fiel a la línea, y una de las canciones más famosas del grupo, Spara Jurij, que podríamos traducir como Dispara Jurij. Como es podéis imaginar, es una referencia a uno de los ‘incidentes’ más graves de la Guerra Fría, el que tiene como protagonista al vuelo 007 de Korean Air.
Ocurrió en agosto de 1983, cuando un vuelo de pasajeros que conectaba Nueva York con Seúl fue derribado por el ejército soviético después de que un error de navegación de los pilotos les hiciera invadir espacio aéreo protegido. Los soviéticos, con Jurij Vladimirovič Andropov -Secretario General del Partido Comunista- a la cabeza, creyeron que se trataba de un vuelo espía y ordenaron el lanzamiento de mísiles contra el avión en el que viajaban 269 civiles. En 1985, CCCP lanzó el álbum Ortodossia II que incluía el single Spara Jurij en clara referencia al suceso.
Treinta años más tarde esa canción punk daría nombre a la American IPA de Birra Nostrale. Y no una American India Pale Ale cualquiera, sino la ganadora de la medalla de oro en su categoría en el Barcelona Beer Challenge. Uno de los estilos más competidos en el que superó a otras 71 referencias, incluyendo la Cierzo Citra de Caspe y la Mr Piggins Barbaritat de Puerto de Sagunto, medallas de plata y bronce respectivamente.
La cerveza en sí es una amalgama de lúpulos de diferentes procedencias y propósitos. En ella encontramos lúpulos eslovenos y australianos para darle su aroma afrutada, tropical y herbácea, mientras que los lúpulos americanos le aportan un final resinoso y algo de amargor, cuantificado en 50 IBUs. Además contiene malta de cebada alemana y espelta italiana, como no, producida por Massimo Zamboni.
De color amarillo intenso, tiene una graduación alcohólica del 6,5% y resulta ser una cerveza suave, sedosa y harmoniosa. Marida a la perfección con todo tipo de quesos, incluyendo el azul, aunque su creador confiesa que nada le pega mejor que una buena pasta con salsa carbonara, bien cargada de pimienta negra. Habrá que hacerle caso.