Lurago Marinone es una pequeña comuna de la provincia de Como, a escasos 30 kilómetros al norte de Milán, y muy cerca de la frontera italiana con Suiza. Tiene además el honor de ser la cuna de una de las microcervecerías italianas más longevas, una auténtica pionera que ya hacía sus primeros pinitos en esto de la birra artigianale cuando la escena craft transalpina aún estaba en pañales. El culpable de todo, Agostino Arioli, es el actual dueño y maestro cervecero de Birrificio Italiano.
La cerveza siempre había sido una de las grandes pasiones de Agostino aunque era consciente de que en aquel momento vivir de ella implicaba trabajar para una cervecera grande vendiendo o fabricando las mismas cervezas aburridas de siempre, pues en Italia aún no había estallado el boom actual. Por ello, se empeñó en montar su propia fábrica de cerveza artesanal y aprender el oficio, lo que supuso un enorme esfuerzo en la Italia de principios y mediados de los 90, pues aquello de meterse en un negocio totalmente nuevo que ni siquiera tenía un mercado todavía era muy incierto.
A pesar de las lógicas dudas iniciales, Birrificio Italiano nació como empresa cervecera en 1994 y dos años más tarde abría su brewpub al público. A día de hoy sigue al pie del cañón manteniéndose fiel a su idea inicial de elaborar cervezas que gustasen a los propios maestros cerveceros, es decir, cervezas altamente bebestibles, muy elegantes y perfectamente equilibradas, que siguen a pies juntillas el principio de no-intervencionismo: la labor del cervecero no es la de arreglar el producto final mediante medidas correctivas sino conocer en profundidad los elementos naturales que intervienen en esa elaboración y producir el entorno y las condiciones ideales para que esa cerveza evolucione espontáneamente hacia el resultado deseado.
No es de extrañar pues que las cervezas producidas por Birrificio Italiano sean toda una obra de arte, sobre todo sus cervezas de baja fermentación en las que parecen haberse especializado a lo largo de los años. Especialmente las de origen alemán en las que se inspira el buque insignia de la marca, la Tipopils, una típica cerveza estilo pils a la que se le ha añadido una buena carga de lúpulo en dry-hopping. Pero no estamos aquí para hablar de esta espléndida lager sino de otra de sus grandes referencias que también lleva una buena dosis de lúpulo: Asteroid 56013.
Asteroid 56013, un sabroso estallido de lúpulo Cascade

La Asteroid 56013, como bien indica su nombre, pretende ser una explosión de sabor y aromas, una pequeña deflagración que haga arder y vibrar a nuestro pequeño universo cervecero, rompiendo con el silencio que inunda el espacio sideral. Se trata de una IPA que rinde homenaje a las India Pale Ale de la Costa Oeste de los Estados Unidos, con un interesante perfil cítrico en el que no faltan notas herbales y de pomelo.
Con una graduación alcohólica de alrededor del 6,5%, presenta un tono cobrizo y una espuma cremosa. Está elaborada íntegramente con lúpulos americanos de la variedad Cascade, la que mejor ha representado históricamente este estilo cervecero. De hecho, desde Birrificio Italiano no han dudado en bautizarla como su principito cascadiense:
Asteroid 56013 es nuestro legendario principito cascadiense, dispuesto a mostrar todos sus aromas y armas para su cruzada interestelar personal… Encerrado en un laboratorio durante mucho tiempo, ahora ha reunido la energía necesaria para escaparse y llevarte con él a un viaje hacia los límites de lo posible.
A pesar de ser una cerveza potente, está perfectamente equilibrada y resulta muy fácil de beber, con sutiles toques de galleta y miel con un final limpio y amargo coronado con notas a pino, resina, frutas tropicales y genciana. Es una cerveza viva que se debe beber fresca, preferiblemente dentro de los siguientes cinco meses a su fecha de embotellado pues no es un estilo que madure demasiado bien.
En definitiva, se trata de una cerveza excelente, ideal para tomar en cualquier momento, ya sea de día o de noche, solo o en compañía de amigos. Sus características la hacen perfecta para maridar con muchos tipos de alimentos, ya sea una jugosa carne a la brasa, un salmón al horno o un plato de queso semicurado. Una cerveza magnífica para desconectar del día a día y emprender un viaje hacia las estrellas.