De la arquitectura a la viticultura. De la Barcelona de los años preolímpicos a las vides de la finca Clos del Portal. Alfredo Arribas, uno de los grandes responsables de la eclosión de diseño y modernidad en la ciudad de Barcelona en los años previos a las olimpiadas, cambió los planos y los útiles de dibujo por las viñas y las bodegas en el año 2001, cuando se convirtió en bodeguero con Portal del Priorat y las parcelas de Clos del Portal.
Es en estos terrenos, que se sitúan en el corazón de la Denominación de Origen Calificada del Priorat y se extienden desde el valle del río Siurana a los estribos de la sierra del Montsant, la cariñena que obra el caldo Tros de Clos toma forma en un viñedo plantado en ladera hace más de un siglo, con terruño de pizarra parda y una sola hectárea extensión.
Estas particularidades en las vides y la tierra que lo ve nacer, junto con los catorce meses que pasa en barricas de roble francés meticulosamente seleccionadas, logran un vino de matices y sensaciones sostenidas, grande exponente de la bodega y gran muestra de los vinos que brinda el Priorat, una de esas referencias que dignifica a un bodeguero, a una tierra y a una denominación.
Complejo, apasionado, persistente, cambiante, de un color violáceo opaco, sedoso, fresco, mineral, quizás algo floral, sutil, elegante… Reflejo del mimo y los cuidados que han recibido todas y cada una de las uvas, así es Tros de Clos.