En el histórico Barrio de la Estación de la localidad de Haro, el lugar con mayor concentración de bodegas centenarias del mundo, encontramos desde la década de los setenta en un edificio de piedra bicentenario las instalaciones de la bodega más joven de la barriada pero una de las más sólidas no sólo de la Rioja Alta, sino del panorama nacional, Muga.
Fundada en 1932 por el matrimonio Muga-Caño en el centro de esta población que rezuma vino por sus cuatro costados, esta bodega hace de la tradición su filosofía y del control de todas las fases, desde el cultivo de las vides a la elaboración de los caldos y su comercialización, la demostración más palpable de que nada en los Muga se deja al azar. La bodega de cerca de veinticinco mil metros cuadrados, con la piedra y la madera como protagonistas, cuenta con más de doscientos depósitos y catorce mil barricas de roble francés, americano, húngaro, ruso e incluso español que son la forma de hacer inequívocos los vinos de esta bodega y darles la personalidad que requieren.

Este modo de entender la vinicultura desde su vertiente más tradicional se traslada también a los viñedos. Emplazados en las laderas de los Montes Obarenes, caracterizadas por un suelo arcilloso-calcáreo y la confluencia de los climas mediterráneo, atlántico y continental, tienen en su haber las variedades tempranillo, garnacha, mazuelo y graciano para los tintos, y viura y malvasía para los blancos. Las particulares condiciones climáticas y del suelo de la zona junto con su particular geografía y orientación provocan en las vides un ciclo vegetativo prolongado, una maduración lenta y serena de la uva y la consecución vinos increíbles como el Muga Reserva Selección Especial.
Receptor de las mejores uvas de cada cosecha, el buque insignia de las bodegas Muga es quizás uno de los caldos más especiales de la Rioja Alta. Acogido a la Denominación de Origen Calificada Rioja, este tinto de 2009 elaborado con un 70 % de tempranillo, un 20 % de garnacha, un 7 % de mazuelo y un 3 % de graciano, se fermenta con levadura indígena en depósitos de roble, se cría durante veintiocho meses en barricas seleccionadas de esta misma madera y, previamente al embotellado y afinamiento en botella durante doce meses, es clarificado con clara de huevo fresco.
El resultado de tan magnífica confección se materializa en un vino rojo picota con reflejos granate y teja, un aroma concentrado y tardío a frutas cuasi maduras, cueros y clavo, con un paladar de tanino dulce y sedoso, afrutado y mineral. Pese a poderse abrir y disfrutar tan pronto como se adquiere, el Muga Reserva Selección Especial es de esos vinos con un desarrollo importante por delante y que pide botella; si se le da, la espera valdrá la pena.