Cada vez que me planto ante un texto nuevo, siento un pequeño síndrome de la hoja en blanco. No es que uno se ponga a escribir sin rumbo ni idea, pero siempre es difícil empezar algo, aunque ya lo tengas planteado. Esta mareante idea me acude al hablar del vino de María Rigol Ordi, bodega tradicional de Sant Sadurní d’Anoia. Nuestra segunda parte en la Trilogía de los Espumosos.
Trilogia de los espumosos, parte II: Microtiratge de María Rigol Ordi. Vamos a ponernos en situación. A little bit of history. María Rigol Ordi es la bodega que debe su nombre a la abuela de Anaïs y madre de Francesc. Esto te puede sonar a chino o importar un pimiento, pero actualmente son la clave del renacer de la bodega. La tradición nació en el seno familiar allá por 1897, pues por esa época la familia ya se dedicaba a la venta de espumosos. Es María Rigol quien preserva el legado de Modest Rigol, ya que añoraba aquellos tiempos en que la familia hacía su propio vino, que se tomaba en casa y se vendía a la gente del pueblo. Es esta bendita nostalgia la culpable de que exista hoy día la cava, que goza de un gran nombre gracias a ella. El legado lo continuó junto a su hijo, Francesc Manobens Rigol. En nuestros tiempos es Francesc, junto a su hija Anaïs, quien hace vibrar nuestras papilas con sus delicados vinos.
Anaïs es una caña de mujer. No le voy a quitar protagonismo a Francesc, a quien sin duda verás si pasas un día por la bodega. Trabajando incansable. Con una sempiterna sonrisa y una mirada velada de admiración hacia su hija. Pero las veces que he ido, siempre hace unos ademanes con las manos, indicando que él a lo suyo, a sus vaivenes por la bodega y a trabajar. Está más cómodo entre pasillos de botellas que aguantando al winelover de turno, oséase yo. Pero Anaïs... Anaïs es fuerza, inteligencia y pasión. Tiene muy claro el legado de su abuela. La tradición familiar. Sus vinos. En este caso hablamos de una familia con tradición de espumoso, pero muy diferente a la del anterior artículo; ahora estamos en el reverso de la hoja. Nos hallamos en la DO Cava, con una bodega con alma de négociant*.

No por eso nos vamos a rasgar las vestiduras. Quizá porque siguen apostando por la marca Cava, siendo ellos de Sant Sadurní d’Anoia, creen firmemente en sus orígenes y apuestan por ello. Gracias a eso, Cava continúa con uno de sus mejores referentes en el frente. A ver si lo agradecen los gañanes de la DO. El hecho de ser négociants, una práctica muy arraigada en estas tierras, es de lo más normal. Tiempo atrás ha sido uno de los modelos más comunes: era bien sabido que las bodegas compraban el vino a los viticultores para después crear en sus bodegas y bajo su nombre esos deliciosos espumosos que siempre han llegado a nuestras mesas. Ahí es donde quiero hacer hincapié, en la capacidad de Anaïs, junto a su equipo, de seleccionar, diseccionar y ver el futuro de sus vinos. Por suerte he podido comprobarlo in situ. Miquel Medall es el enólogo encargado de ello, un genio que me hizo entender cómo se piensa para crear un cava. Es como un Minority report del vino.
Pequeño inciso. Un cava tiene esa doble fermentación que el método tradicional le exige. Fácil sobre papel, claro. ¡Pero no! Porque la primera fermentación del cava se hace sobre un vino en verde casi. ¿Sabéis cuantos grados alcohólicos tiene un vino** de Cava ya embotellado? 12% vol. de media. El mínimo es de 10 y el máximo de 12,8. Esto no sería relevante si no fuera porque se hace una segunda fermentación. (Acabáis de leer esto y seguís igual, ¿verdad?). Lo cual implica que la primera fermentación debe hacerse con una uva que dé poco grado, es decir, con poco nivel de azúcar, para que el vino no sobrepase los grados alcohólicos permitidos una vez hecha la segunda. De ahí que se haga la vendimia casi en verde o, como se dice en la zona, cuando el raïm dona grau, cuando la uva da grado.
Volvamos al Minority report. Por todo lo que acabamos de explicar, Miquel, Anaïs y el gran Francesc Ortiz (brazo derecho y por derecho de Anaïs) deben catar sus mostos en verde para ver e imaginar hacia dónde van sus vinos. Ojo que aquí me volví loco. ¡Joder! Uno tiene que saber apreciar sobre un mosto verde el vino que se obtendrá tras las dos fermentaciones realizadas. O sea, me quedé como Chazz Palminteri cuando descubre quién es el puto Keyser Söze. No puede ser. Todo esto es complicadísimo y menos mal que no me dedico a hacer vino.

Pues el complejo es todavía mayor cuando te pones a pensar en Microtiratge. Microtiratge es el vino con el que cada año se salen de su línea habitual. Con esta vinificación, buscan un producto diferenciado, con el que salir del esquema y crear un vino distinto. Un vino singular. Una elaboración trapecocircense a la que no nos tienen acostumbrados. Aunque, por regularidad, es una costumbre verlo en su catálogo. Ya son cuatro las ediciones de esta línea. Con la primera, Vint mesos, trajeron un vino compuesto por macabeu de dos zonas, La Granada y Font-Rubí, y una xarel·lo de Avinyonet del Penedès. La segunda, Xarel·lo, trajo una bestia monovarietal de xarel·lo y 42 meses de crianza. Brutal y opulento. Recuerdo, nada más abrir el vino, haber llamado a Francesc Ortiz sólo para felicitarlos. La tercera nos trajo el equilibrio. Con Pell bruna (piel oscura) nos ofrecían la elegancia de un blanc de noirs, con un 75% de garnacha negra y el resto de macabeu, y dignificaban el nombre de la finura.
Ahora ya tenemos su cuarta edición: Macabeu. Con él se vuelve a Font-Rubí, se trabaja sobre el mismo varietal del primer vino, pero se hace un monovarietal con 50 meses con corcho. A la antigua usanza, con crianza en el corcho y jugándose el tipo. ¿Y sabéis qué vino ha salido? No, evidentemente. Pues tampoco os lo voy a decir. Salid corriendo insensatos y haceos con uno de los mejores espumosos el momento, que dignifica la palabra Cava.
*Négociant: Palabra francesa para describir a las bodegas que compran vino para elaborarlo bajo su nombre.
**Vino espumoso: Siempre hago hincapié en esto. Un vino espumoso también es vino, así que cuando nos referimos a las burbujitas o espumosos como vino, está bien dicho. Pensad: es vino; espumoso, pero vino igual. Dejad de dar la murga anda.