De melaza procedente de cañas de azúcar, tras un proceso de fermentación, destilación y añejamiento, nace un elixir conocido como ron. Surgido en la Antigua Grecia o el Caribe, según quién cuente la historia, esta bebida espirituosa ha contado con visado para atravesar el mundo y convencerlo de norte a sur con las mayores dotes diplomáticas.
Y si a algún ron le sobran cualidades es a Ron Diplomático. Venezolano, venido al mundo en Destilerías Unidas de Venezuela de La Miel, en el estado de Lara, en las proximidades del Parque Nacional de Terepaima, Diplomático es uno de los rones más exquisitos del mundo por méritos propios y tal vez, también, por Don Juancho, el personaje elegante y bien peinado que ilustra el etiquetaje.
Hijo de españoles, pero larense de nacimiento, Juancho Nieto Meléndez fue un gran aficionado al ron y uno de los primeros propietarios de la finca que ahora ocupa la destilería de Diplomático, DUSA. Su gran afición por esta bebida hizo que se interesase por ella en cada uno de los viajes que realizaba a regiones del entorno y volviese a casa con la maleta cargada de botellas. Estas botellas de ron foráneo serían —junto con sus viajes y grandes relaciones— las responsables del que pronto sería su sobrenombre, 'El Embajador', cuando eran abiertas y disfrutadas por sus amigos y vecinos en las fiestas que habitualmente daba en su residencia.
Las condiciones idóneas para el cultivo de una de las cañas de azúcar más dulces que existen y el clima perfecto para el proceso de envejecimiento del ron en las tierras en otro tiempo ocuparon los dominios de Don Juancho, han convertido a Diplomático en uno de los rones más premiados y apreciados del mundo. Ámbar intenso y brillante a la vista, dulzura y calidez en la nariz y tostado de azúcar y manteca en la boca consiguen armar la fórmula magistral de este ron artesanal, añejado y elaborado con la experiencia que El Embajador adquirió.
Un ron para servir en solitario u on the rocks. Diplomacia aparte, un ron para bebérselo.
