Martin Miller's, una historia de amor y locura

Detalle de una botella de la ginebra Martin Miller's
Fotografía cortesía de Martin Miller's
Nos acercamos a la historia de Martin Miller's, conocemos cómo fue concebida esta notable ginebra 'premium', de qué modo llegó a alcanzar la excelencia de la que hace gala.
Por Toni Castillo
13 de julio de 2016

Martin Miller's es una ginebra y, sin la ese apostrofada que denota posesión en inglés, el nombre de su creador. La historia de esta bebida, relatan, es la historia de tres hombres, un bar y un mal gin-tonic. Era verano, corría el año 1998 y tres amigos, entre los que se encontraba el mismísimo Martin Miller, admiraban en un sosegado pub de Nothing Hill otros tantos gin-tonics de cuestionable apetencia. El susodicho, en el momento en el que se cansó de admirar aquel engendro coctelero, dijo a sus acompañantes: «¿Sabéis lo que voy a hacer?». «No», respondieron estos. «Voy a fabricar mi propia ginebra».

Esta anécdota, quizás certera, proseguía con divagaciones varias potenciadas o no por el etanol. «La ginebra es la más seductora de las bebidas». «La buena ginebra simplemente debe invitarte a amarla». «La ginebra ha iniciado revoluciones sociales; creado y destruido leyes». «Simplemente no existiría si Marco Polo no hubiera seguido la Ruta de la Seda». «O pensad por un momento si Colón no hubiera ido en busca de las Indias encontrándose desafortunadamente con América, además sin ginebra».

Cogió entonces una servilleta y comenzó a apuntar toda clase de ingredientes que debería tener su ginebra. «Utilizaremos el enebro de la Toscana e India, cassia de China, la mejor angélica, Florencia…». «Te estoy diciendo que mi ginebra va a oler a flores orientales y que va a tener la fragancia de los campos de naranjos en una noche de Sevilla».

Embotellado de Martin Miller'sFotografía cortesía de Martin Miller's

Y tras conformar el listado, uno de sus amigos se interesó por cómo pretendía que fuese la destilación. «¿No es obvio?», dijo, «encontraremos al mejor destilador en Inglaterra y le pediré que use solamente los métodos más tradicionales». «Quiero algo moderno y clásico pero con una mezcla de tradición, será fresca, ligera y de un sabor diferente a todas las demás».

El toque definitivo, con los ingredientes escogidos y la destilación imaginada, sería el que aportase el agua. Por eso no sería una cualquiera, por eso no sería agua desmineralizada. «Imaginad el agua cayendo en forma de lluvia cuando la Tierra era un planeta joven y sin ningún tipo de contaminación». «Ahora pensad en la misma lluvia tras los milenios, filtrada a través de lava, creando un agua con una pureza sin igual y extraligera, ¿para qué queremos más?».

Hablaba del agua del Ártico, el agua que emplea su ginebra Martin Miller's y por el que recibe el sobre nombre de «la ginebra de las 3.000 millas».

Detalle de tres botellas de Martin Miller'sFotografía cortesía de Martin Miller's

Con todo dispuesto, se puso manos a la obra. La receta que finalmente fue escogida fue la séptima que formularon, tras algunos pequeños cambios en los botánicos. La destilería elegida fue una localizada al oeste de Birminghan, en Black Country, caracterizada por emplear los métodos más tradicionales, realizar una destilación por pequeños lotes y poseer un alambique centenario llamado Angela, fabricado por la mítica John Dore & Co. Y el agua, por supuesto, la de los glaciares árticos, concretamente de los islandeses.

Tras esa demostración de amor y locura por una bebida, esa obsesión por conseguir lo mejor a toda costa, la Martin Miller's Gin era una realidad sumamente tangible. Con más de una década en el mercado, se ha logrado posicionar poco a poco como una referencia. En Reino Unido, donde se la conoce enormemente, pero también en países como España, donde entró hace algunos años convirtiéndose en la preferida de muchos bármanes y aficionados a las buenas ginebras. Su calidad superlativa, el proceso tan cuidado de destilación y el ímpetu de su creador por convertirla en la mejor han dado, desde luego, sus frutos.