Cazapitas O'Rebusco, el vino de pobres

Botella de O'Rebusco
Òscar Soneira
Bajo el sorprendente naming de Cazapitas O'Rebusco, nos hallamos ante un vino de Albariño distinto. Un blanco creado por tres amantes de los vinos de sus tierras, en el que perpetúan una practica arraigada a la vendimia gallega.
Por Óscar Soneira
05 de marzo de 2021
Vinos

Pitas, pitas, ¡piiiitas! De pequeño veía a mi abuela canturrear esto a unas gallinas de un vecino. Ya de mayor ves que no era un mote, sino que en España se denominan a las gallinas de esta forma en algunas comunidades. Una de ellas es Galicia, ganadora en el naming de bodegas y vinos con este singular nombre. Cazapitas es el nombre del vino que os presento hoy, mejor dicho, Cazapitas O’rebusco. Cazapitas es el nombre que también le dieron estos amigos a su bodega. Pero ¿qué fue primero, la bodega o el vino?

Para eso vamos a adentrarnos en la historia de Juan, David y Manuel. De esa forma esto se hace más interesante, se extiende el texto y justifico mi sueldo. ¡Vamos allá! Primeramente, debemos presentar a Juan Chamorro y David Rial. Estos se conocieron cuando ambos cursaban enología. “En aquella época (2013) yo tenía todo lo que podía tener, familia y trabajo, pero en mi trabajo el gusanillo del vino me había picado. Entonces hablando con mi mujer comentamos lo del curso de enología, me apunte y la cosa fue bien” comenta David. Allí hizo migas con Juan, con el cual comentaban sus ideas de hacer vinos, ideas que eran bastante afines. Una de ellas era hacer un vino de raposo o branca lexitima*, uva autóctona de la zona de Barbanza. Así que, en 2014 junto a Juan y “en ilegal” como comenta David, hicieron la primera prueba del vino de Raposo**. Todo esto se hizo en el garaje de los padres de David, lo que vendría a ser un auténtico vino de garaje***. Para esto anduvieron buscando viña. Ésta era de Manuel Calzado en Tomín, el cual tuvo a bien dejar hacer a este par lo que quisieran con su viña. “Manuel es un fenómeno, es una persona increíble. Desde el principio que le explicamos el proyecto, nos dejo hacer con su viña de todo. Estaba muy predispuesto y recibiendo poco a cambio. Así que cuando vimos que esto podía crecer, no dudamos en ofrecerle hacerse socio y él tampoco dudo en unirse”. Trío incansable que sigue buscando la tradición de los vinos gallegos y las uvas autóctonas que los hacen tan genuinos.

O’Rebusco es un vino sorprendente. Cuando lo tomé con mi grupo de cata, nos quedamos sorprendidos. Tenía la tipicidad de la albariño muy marcada, pero su color, aromas y sensaciones nos desconcertaban muchísimo. Vino con frescura y acidez, presentaba un cuerpo oxidado, cálido (alcohólico) y de grato volumen. No te esperas esto nunca en una Albariño de añada. Ese día dijimos que era un buen vino, pero existía algo desconcertante en él. No fue hasta que hablé con David que pude entender todo esto. O’Rebusco es en la tradición gallega la forma que tenían de llamar a un tipo de vino. Antiguamente las tierras de viña eran trabajadas por la gente menos pudiente (lo único que ha cambiado hoy día, es que la viña la trabajan sus dueños, pero siguen siendo pobres. ¡Desconfiad del viñador rico!) "y con ésta, una vez finalizada la vendimia, solían hacer otra pasada seleccionando la uva muy madura ya junto a los nuevos chupones. Ahora siendo un grano algo mas grueso y guardando una acidez acojonante". Este era el vino del pueblo o el vino del pobre, como se le conocía. Esto mismo era hacer el rebusco.

De estas uvas estos vinos, que dijo aquel. Otra práctica que mantiene este trío con el vino es la de macerar en cinco días. “Aquella gente debía vendimiar en sábado y domingo, que eran los días de descanso. Luego suponemos debían esperar al siguiente fin de semana para prensar. Nosotros respetamos esos cinco días de maceración, con un par de trasiegos entre semana, pero olvidándonos de él. Así respetamos al máximo la tradición”. Un vino de pobres decían, pero, en definitiva, un vino de tradición con un carácter enorme. La conjunción de chupones con uva madura refleja un vino de antaño, un vino robusto, potente, pero de gran frescura. Lo que más me gusta de este vino es la recuperación de una memoria histórica vínica, de un tiempo en que la gente se las ideaba para hacer vino como fuera. No obstante, en la creencia actual, se los trata con cierto desprecio, como si cualquier momento actual fuera mejor que el ayer. Gracias a este trío, no sólo recuperamos tradición, sino también el buen hacer de los viñadores de ayer.

*Branca lexitima: Nombre por el que se conoce al varietal en otras zonas de Galicia.

**Raposo: Raposo es como se conoce también en Galicia al zorro y es la uva con la que se inicia el proyecto. Si os fijáis, ellos son los Cazapitas o caza gallinas. Lo que os decía del naming, son grandes estos gallegos.

***Esto es un chiste que sólo un verdadero winelover pillará.