Aecht Schlenkerla Rauchbier, la cerveza ahumada más famosa del mundo

Codillo servido en la taverna Schlenkerla junto a una Aecht Schlenkerla Rauchbier
Schlenkerla / Familie Trum
La localidad alemana de Bamberg es la cuna de Schlenkerla, fabricante de la rauchbier más popular del mundo, una cerveza con un intenso aroma ahumado con reminiscencias a beicon y salchichas.
Por Antony Peel
03 de enero de 2019
Cervezas

Si uno tiene la suerte de visitar la ciudad alemana de Bamberg, no sólo podrá contemplar su espectacular catedral o visitar su biblioteca estatal, sino también sumergirse en una cultura cervecera ancestral con nombre propio: Schlenkerla. Tres sílabas que uno puede escuchar en casi cualquier rincón de la localidad y que hacen referencia a la cervecería de sexta generación ahora a cargo de la familia Trum y cuya taberna original se ubicaba bajo la misma Catedral de Bamberg. Una palabra que deriva de una expresión alemana antigua para referirse a una persona con un caminar algo torcido sin apenas equilibrio y con la que los parroquianos llamaban a uno de los primeros maestros cerveceros de esta mítica marca por su peculiar cojera. En definitiva, un vocablo que da nombre a una de las cervecerías más legendarias de Baviera.

Pero no sólo da nombre a una marca sino también a todo un proceso de elaboración: el de las cervezas ahumadas de estilo clásico o rauchbier. Hoy en día muy pocas cervecerías maltean su propio cereal, algo mucho más habitual antes de la llegada de la revolución industrial, y Schlenkerla es precisamente una de las que lo sigue haciendo según el proceso más clásico, sobre una fogata de leña de haya en la que el aire caliente no sólo seca y tuesta la malta sino que también la ahúma, en vez de usar procedimientos de carbón o gas para posteriormente añadir los sabores y aromas artificialmente. Pero no sólo su malteado sigue técnicas ancestrales, sino también las fases de cocción, empleando antiguos hervidores de cobre, y de maduración, que tiene lugar en habitáculos tallados a mano en la roca debajo de la fábrica.

Por ello, tomar un trago de una cerveza Schlenkerla, e incluso más si es en la antigua taberna de esta cervecería que aún sobrevive en la calle Dominikanerstrasse a pocos metros del cauce del río Regnitz que atraviesa la ciudad franconia, es básicamente tomar un sorbo de historia cervecera. Un viaje a través del tiempo que nos transporta varios siglos atrás cuando la cerveza aún se fabricaba de manera más tradicional sin la intervención de tantos avances tecnológicos. Una expedición al pasado que se hace incluso todavía más patente al atravesar la puerta de Schlenkerla Brauerei coronada por un león azul y un retrato de Andreas Graser, el maestro cervecero original y primer schlenkerla de la marca, para entrar en sus salones de bajos techos y vigas de madera.

Botella de Schlenkerla Rauchbier MärzenSchlenkerla / Familie Trum

Schenkerla Rauchbier, la cerveza alemana que 'sabe a beicon'

Y ahí, entre muchas otras cervezas, podremos degustar las diferentes Schlenkerla Rauchbier, o lo que es lo mismo sus cervezas ahumadas, en cualquiera de sus diferentes variantes (weizen, lager, urbock, fastenbier, kräusen, doppelbock…), aunque la más popular, sin duda, es su Aecht Schenkerla Rauchbier, la original o más clásica de todas, una cerveza de baja fermentación, muy aromática y oscura de estilo märzen. Esto es, básicamente un tipo de cerveza habitualmente elaborada durante el mes de marzo y que se guardaba durante el verano para su consumo en octubre coincidiendo con la época de cosecha.

Esta variedad en particular tiene una graduación alcohólica del 5,1% y 32 IBUs de amargor, y presenta un aspecto de color marrón rojizo con destellos anaranjados además de una espuma muy compacta. Pero sus características más destacadas son su sabor malteado algo dulzón y, sobre todo, su aroma ahumado tan particular con el que logra disimular casi cualquier atisbo de lúpulo, y que nos recuerda a cualquier típico plato alemán con beicon o salchichas ahumadas. De hecho, hay quien la define como una cerveza que sabe a beicon.

Alimentos con los que por otro lado marida a la perfección, pues su gran cuerpo y sus intensos aromas la hacen perfecta para acompañar todo tipo de carnes a la barbacoa. Es más, no sólo se emplea habitualmente para maridar con carnes o salchichas a la brasa, sino también es un ingrediente habitual en muchos de los platos típicos de la región, como el fränkische haxe mit rauchbiersosse (codillo a la cerveza al estilo franconio) o el bamberger zwiebeln (cebollas al estilo Bamberg), convirtiéndose en un elemento más de la cocina y la gastronomía autóctona de la zona.