No hace demasiado tiempo, en la escena gastronómica madrileña irrumpió con gran fuerza Pink Monkey, un restaurante de gastronomía asiática con incursiones de otras cocinas en el que todo es desenfado, diferenciación y actitud canalla. Sus dos responsables, el empresario hostelero Francois Poplawsky y el chef Jaime Renedo, comprobaron cómo su apuesta se convertía en poco tiempo en polo de atracción del barrio de Chamberí y se propusieron elevar el envite. A ello fueron.

Tomando el testigo del local de la calle Monte Esquinza, pero aspirando a más, han ido evolucionando el concepto hacia una mayor globalidad y un ambiente distinto, igualmente desenfadado pero más distinguido y elegante. Sin perder la esencia, Sasha Boom ha visto la luz en el último tramo de la zona de Ponzano, en el número 26 de la calle Raimundo Fernández Villaverde. En el pleno centro de la restauración más novedosa de la capital.

El camino conceptual que ha recorrido hasta definir su propio estilo ha pasado por ampliar el foco de la cocina asiática a la oriental, y moverlo de la comida sudamericana a la de Oriente Medio, conservando sin variaciones las influencias mediterráneas, contando entre ellas con influjos de países como el Líbano o Grecia.
El resultado de esta maduración de la filosofía culinaria desarrollada en su momento por Jaime Renedo para Pink Monkey es una carta concisa que apuesta por la calidad. En alrededor de una veintena de platos, todos orientales pero reinterpretados, es evidente la buena técnica empleada, el cuidado que se ha tenido a la hora de resaltar los sabores y el modo artesanal en el que han sido tratadas cada una de las cualitativas materias primas.

Destacan elaboraciones como la pizzeta libanesa, que se prepara a partir de masa madre y se rellena con una combinación de tres quesos mediterráneos, el scamorzza italiano, el halloumi griego y el mató balear. También el sabrosísimo pulpo a fuego vivo, que se acompaña con ají y un alioli elaborado con aceitunas Kalamata, el dim sum de cangrejo y pollo, los huevos rotos con atún rojo o el «Globe Trotter ceviche», hecho con corvina, pulpo, langostinos, chiles de diversas partes del mundo y lulo. Los platos, además de en la carta, se encuentran en los dos menús que se ofrecen.

El restaurante Sasha Boom redondea su propuesta apostando también por los vinos, con una bodega con referencias especiales como un vino producido en Marruecos, y por el afterwork, con una atractiva oferta de coctelería creada conjuntamente por los bármanes Igor Lameiras y Alexis Cárdenas, quienes se encuentran al frente de la barra.
Sasha Boom
Calle de Raimundo Fernández Villaverde, 26 28003 Madrid
911995010
restaurantesashaboom.com
Asiática, Fusión
30€-45€