Casa Chema, fabada asturiana y tradición

Comer en Casa Chema es descubrir los placeres de la corriente slow food, el movimiento gastronómico y casi filosófico que difunde el placer de la mesa desde una perspectiva de reflexión y disfrute con sentido. Este restaurante ovetensetrabaja con materia prima local y ecológica. Además, defienden fervorosamente el consumo de razas autóctonas y productos artesanales asturianos. En su oferta se encuentran desde los platos de cuchara más míticos de la gastronomía de Asturias a las más sabrosas carnes y pescados del Cantábrico.

Una de las especialidades de Casa Chema es el cachopo, elaboración que últimamente vive una reivindicación por parte de los paladares más tradicionales y los estómagos más hambrientos. El que elaboran con ternera asturiana fue elegido en la última edición del Salón Gourmets como el Mejor de España. Este exquisito cachopo de 375 gramos lleva carne de novilla de Belmonte Miranda y crema de queso Massimo Rey Silo, además, se acompaña de una generosa ración de doradas patatas fritas.

Casa Chema

Cachopos aparte, el otro plato estrella de Casa Chema es la fabada asturiana, que fue ganadora del título de Mejor Fabada del Mundo en el año 2011 y en el 2017. Esta especialidad de cuchara tiene también su versión vegana, compuesta por fabas con denominación de origen, cocidas en caldo vegetal que se redondea con el intenso sabor de las setas shiitake. Para emular al tocino, se emplea una base de tofu casero de fabes y mortadela vegana y para el lacón, seitán casero ahumado. La morcilla es una base de arroz Nerone, con remolacha y cebolla, mientras que el chorizo lleva cebolla, ajo, pimentón y verduras.

Casa Chema

En los fogones reina Joaquina Rodríguez, una cocinera que forma parte del Club de Guisanderas, colectivo que promulga y difunde las recetas clásicas de Asturias que, sin embargo, buscan un equilibrio entre la cocina de toda la vida y los nuevos horizontes gastronómicos. Prueba de ello es la carta vegana, con diecisiete preparaciones que dan respuesta a distintas inquietudes y sensibilidades alimenticias. Estos platos conviven con la carta clásica, un compendio en el que figuran soberbios pescados como los lomos de merluza a la plancha con salsa de almejas y puerro, el pote asturiano, el churrasco de novilla con patatas y pimientos o dulces postres de la tierra, del estilo del arroz con leche requemado o la barreña, un refrescante requesón batido con el punto exótico del mango.