Las recetas más curiosas de Harry Potter

Salón de banquetes en Hogwarts
Elen Nivrae con licencia CC BY 2.0
En la famosa serie de libros juveniles escrita por J. K. Rowling siempre sacan tiempo para comer, aunque algunas recetas sean de todo menos normales.
Por Alfredo Álamo
15 de junio de 2017
Gastroliteratura

Dentro del universo creado por J. K. Rowling en el que se mueven los personajes de Harry Potter hay sitio para la comida mágica y también para la comida muggle, es decir, la que los humanos normales y corrientes solemos comer. Eso sí, hay poco sitio para la alta cocina, ya que muchas de las recetas que nos vamos a encontrar no son especialmente delicadas.

Y es que el mundo de Hogwarts y el de Londres se unen a través de la comida tradicional británica, que no es muy conocida por su sutileza y ligereza, sino más bien por ser bastante contundente y de digestiones pesadas. Aunque supongo que si eres un mago no debería preocuparte demasiado la indigestión si conoces el hechizo adecuado.

Muchos de los grandes momentos de los libros se inician durante los festines que el colegio ofrece a sus alumnos: se reparten premios, se elige casa, se presenta a los nuevos profesores… las escenas del gran salón de Hogwarts son míticas también en las películas.

Todos recordaréis el momento en que Hagrid -el gigantón- va a rescatar a Harry Potter en el primer libro para llevárselo a Hogwarts. Ahí se lucha por una tarta de cumpleaños que era para Harry, pero de la que acaba por no probar un solo bocado. Hagrid, por suerte, no le ofreció en ese momento una de sus especialidades, las galletas de piedra. No, no es un símil, están hechas con piedra y un poco de chocolate. ¡Ideales para gigantes! No tanto para niños.

Toneles de cerveza de mantequillaThe Conmunity - Pop Culture Geek con licencia CC BY 2.0

Una de las recetas que ha dado el salto al mundo real es la cerveza de mantequilla, cuya marca, Flying Cauldron, se puede encontrar en algunos establecimientos especializados (para muggles). Basada en una receta muy antigua, de 1596, se puede hacer en casa. Sólo necesitamos cerveza negra, azúcar, yemas de huevo, mantequilla, jengibre en polvo, nuez moscada y clavo molido. ¿El resultado? Un ponche cervecero para las noches de invierno.

La tía de Harry, Petunia, es conocida por preparar un delicioso pudding inglés, dulce y de gran tamaño. Por desgracia, no podemos saber si está bueno ya que la única vez que aparece en los libros es destruido por Dobby, el elfo doméstico. En todo caso es un buen ejemplo de cómo la comida tradicional se mezcla con la magia.

El haggis es otro plato tradicional que aparece en este peculiar universo. Se sirve el Día de los muertos, en el que se celebra una fiesta para todos los fantasmas. Como no pueden probar la comida, se deja podrir un poco para que huela lo suficiente como para que ellos lo noten. Si ese es el objetivo, nada mejor que este pastel de carne, sangre y especias envuelto en tripa de cordero. Típico escocés.

Otro plato tradicional que se sirve en la escuela de magia es el pastel de hígado y riñones, que con su nombre la verdad es que no invita demasiado a primera vista, pero que es una receta de gran raigambre en la Inglaterra rural. Eso sí, este está hecho por elfos domésticos.

Botes de caramelos de HoneydukesRev Stan con licencia CC BY 2.0

Pero pasemos a platos, en apariencia, más agradables. Hay una extensa y notable variedad de dulces, chocolatinas y caramelos en el mundo de Harry Potter, sobre todo de la tienda Honeydukes, donde puedes encontrar casi cualquier cosa que imagines, y con efectos secundarios divertidos… como el helado levitador, las ranas de chocolate, piruletas de sangre, babosas de gelatina, varitas de regaliz o ratones de azúcar chillones, por mencionar sólo unos pocos.