Hablar del comino es adentrarnos de lleno en la esencia de la gastronomía mediterránea. Pero también, en la de muchos otros países alrededor del mundo. Los recorremos y comprobamos cómo esta planta no sólo es admirada por su sabor y su aroma, sino también por sus propiedades nutricionales y medicinales.
Qué es el comino
El comino Cuminum cyminum L. es una planta herbácea perteneciente a la misma familia del perejil, el hinojo, el anís verde o el eneldo. Tal y como se define en la RAE, “del latín cumīnum, y este del griego κύμινον kýminon, se trata de una hierba de la familia de las umbelíferas, con tallo ramoso y acanalado, hojas divididas en lacinias filiformes y agudas, flores pequeñas, blancas o rojizas, y semillas de forma aovada, unidas de dos en dos, convexas y estriadas por una parte, planas por la otra, de color pardo, olor aromático y sabor acre, las cuales se usan en medicina y para condimento”.
Para su uso culinario, de dicha planta (que suele medir entre 30 y 60 cm de alto) se utilizan las semillas secas, que presentan un tamaño similar al de un grano de arroz; en cambio, cuando se utiliza para fines medicinales, se obtiene de los granos un aceite muy oloroso e intenso.
Tanto en grano como molido, el comino brilla con luz propia gracias a su sabor y su aroma, que no pasan desapercibidos en preparaciones tan clásicas como el hummus o el mojo picón canario. Si te quedas hasta el final, descubrirás éstas y otras muchas recetas en las que podemos dar vida a esta planta de origen milenario.
Se sabe que las primeras semillas que se plantaron fueron en el norte de África y que, desde tiempos inmemoriales, esta hierba ha sido muy venerada por sus propiedades medicinales. Tal era su valor que en algunos países su uso se reservaba para ocasiones especiales, y se decía de ella que era afrodisiaca, mágica y curativa. Hoy día, los principales productores los encontramos en países como Chile, México, Siria, Egipto, Marruecos, Turquía, Irán, Tayikistán, Uzbekistán y China, siendo India quien acapara el 70% de la producción mundial y el 90% del consumo. No es de extrañar, si tenemos en cuenta que en gran parte de su recetario tradicional está presente esta semilla.
Desde allí, el comino llegaría más tarde a Europa y Asia, convirtiéndose finalmente en una de las hierbas más queridas y usadas en todo el mundo. Y motivos, de hecho, no le faltan: sabor, aroma, beneficios y propiedades saludables, fines medicinales... ¡Vamos a descubrirlo!
Propiedades y beneficios del comino
Si por algo es conocido el comino, además de por su potente sabor, es por sus propiedades antioxidantes y antinflamatorias. Incorporarlo en nuestra dieta habitual, por tanto, no solo despierta los sentidos de nuestro paladar sino que nos ayuda, entre otras cosas, a mejorar el estado de nuestra memoria, función en la que también interviene su alto contenido en vitaminas B y E.
El comino es, además, una importante fuente de hierro. Este mineral es muy importante, pues ayuda en la creación de hemoglobina, reforzando el sistema inmunológico y ayudando a prevenir enfermedades como la anemia.
Otra de las bondades que se le atribuyen a esta semilla es su alto contenido en potasio y zinc, minerales que consiguen aliviar las digestiones pesadas o, simplemente, regular el funcionamiento de nuestro sistema digestivo.
En este sentido, el comino complementa esta ayuda por ser una importante fuente de fibra. Resulta muy beneficiosa, por tanto, para aquellas personas que padecen estreñimiento ocasional, quienes pueden beneficiarse de ello preparándose infusiones con las mismas semillas, añadiendo si se quiere miel o limón.
Desde la antigüedad, de hecho, esta planta se ha utilizado para solucionar problemas digestivos, hinchazón, flatulencias, episodios de fiebre e incluso enfermedades del corazón. También como diurético, para calmar calambres musculares y como relajante. Esto último es debido a que el comino posee un alto contenido en vitaminas tipo B, que ayudan a mejorar la calidad del sueño, relajando nuestro sistema nervioso, el estrés y la ansiedad.
En cuanto a sus valores nutricionales, según la BEDCA (Base de Datos Española de Composición de Alimentos), 100 gramos de comino aportan 419 Kcal, 44,2 gramos de hidratos de carbono y 10,5 gramos de fibra, siendo su aporte en hierro y calcio de 66 mg y 931 mg respectivamente.
Quienes practican la medicina ayurvédica, por otro lado, hacen uso de esta planta por sus propiedades para aliviar problemas oculares, estomacales, patologías cardiovasculares, trastornos urinarios y enfermedades de la piel, entre otros.
Usos del comino en la cocina
Cuando el comino forma parte de una receta, deja huella. Su sabor intenso, potente y tan característico no pasa desapercibido cuando lo integramos en un plato. De hecho, hay elaboraciones que sin este ingrediente no serían lo que son. Hablamos, por ejemplo, del hummus, de los mojos canarios o la morcilla de Burgos, entre otros.
Pero más allá de estos clásicos, ¿qué más recetas podemos sazonar con comino? Si lo que queremos es extraer su máximo aroma y sabor, se pueden tostar en seco las semillas enteras para molerlas después en un mortero, o molerlas directamente en un picador eléctrico. De esta manera, mantendremos su sabor más puro y fresco.
Machacado también en un mortero, el comino es ideal para preparar elaboraciones como el curri, formando parte también de infinidad de salsas, del mojo típico de Canarias, en ocasiones del gazpacho, de la morcilla de Burgos y de la salsa que acompaña al cocido madrileño, entre otros.
Otra opción es añadir las semillas a un recipiente con un poco de aceite caliente antes de empezar a cocinar. Lo que conseguiremos es aromatizar ese aceite que usaremos como base para elaborar, por ejemplo, un guiso o un estofado de carne, un potaje de garbanzos, una crema de verduras, etc.
Aunque la opción más sencilla es utilizar el comino ya molido (también es mucho más fácil encontrarlo en este formato en la mayoría de supermercados y tiendas de alimentación), conseguirlo en grano y molerlo tú mismo en casa puede marcar la diferencia si lo que quieres es sacar todo su potencial. Sin embargo, ten en cuenta que solo te hace falta una pequeña cantidad; usado en exceso puede enmascarar el resto de sabores del plato.
Fuera de España, el comino no puede faltar tampoco en recetas tan conocidas como el Ras el Hanout, una mezcla de especias típica del Magreb y que combina otras especias como el coriando y la canela. Tampoco en elaboraciones de curri típicas de la India como el Chicken Saag (guiso elaborado con pollo y espinacas al curry, también conocido como pollo palak), la chimichanga de México, el cuscús, el hummus en sus infinitas versiones, o el tajín de pollo o tajine de pollo m´quali, uno de los platos más conocidos y apreciados de la gastronomía marroquí.
Además de servir como condimento en todas estas recetas, el comino se puede tomar también preparando una infusión con sus semillas, o bien diluyéndolo en agua una vez molido. Es una forma ideal de aprovechar al máximo las propiedades digestivas y diuréticas de esta planta mediterránea que, una vez la pruebes, se quedará contigo para siempre.
Recetas con comino
Muchas de las recetas que te hemos contado están disponibles en nuestra sección para expertos de los fogones. Si te interesa conocer la parte práctica del uso de esta especia en la cocina date una vuelta por nuestra sección de recetas con comino, donde encontrarás estos y otros muchos platos elaborados por nuestro experto equipo de chefs. En algunos casos necesitarás la especia entera, en otros molida: lo seguro es que será prácticamente imposible resistirse al encanto de las preparaciones que hagas con este ingrediente. ¡Cuidado con las cantidades!
