Periquita, un rosado con acento portugués

Un rosado portugués
Fotografía cortesía de José María da Fonseca
Periquita debe su nombre a José María da Fonseca y a la Cova de Periquita, donde este viticultor empezó a plantar en el XIX la castelão. Periquita es nombre ahora también de esta uva y nombre de una familia de vinos con el Rosé como más reciente miembro.
Por Toni Castillo
27 de junio de 2014
Vinos

A la uva tinta de Setúbal se la puede llamar castelão, joão de santarém, tinta merousa, bastardo espanhol, mortágua de vide branca... pero periquita es, entre los más extendidos, el más popular y ligado a la historia de la bodega portuguesa José María da Fonseca. Fundada en 1834 por quien le dio nombre, esta vetusta bodega es parte responsable del florecimiento de la variedad más extendida en las regiones costeras del sur de Portugal y de su denominación más peculiar cuando, a mediados del siglo XIX, da Fonseca empezó a cultivar el viñedo Cova de Periquita.

Y es que con dos siglos de historia en su haber, esta bodega se ha convertido en una de las más importantes y en la de mayor producción de vino de mesa y Moscatel de Setúbal del país sin mayor secreto que la pasión por el arte de elaborar vino y el perfecto equilibrio entre tradición y modernidad. Esta combinación áurea es la que consigue vinos genuinos y de calidad a la altura de los mejores tanto si hablamos de grandes nombres, pertenecientes a grandes denominaciones, como si hablamos de vinos de mesa o Vinhos Regionais, los equivalentes a nuestros Vinos de la Tierra.

Ejemplo de ello es precisamente la gama de vinos Periquita, con el Periquita Original a la cabeza. Este caldo, que merece el reconocimiento de ser el primer tinto luso embotellado, es también historia de José María da Fonseca y la castelão siendo producido tan pronto como los viñedos plantados en Cova de Periquita dieron las primera cosechas en torno al 1850 siendo cuasi desde entonces un clásico de las mesas lusas.

La evolución natural de ese primer tinto pionero es el Periquita Rosé, otro V.R. Península de Setúbal que fue producido por primera vez en el año 2007. Este nuevo miembro de la familia, hecho con un 52 % de castelão, un 37 % de aragonés y un 11 % de trincadeira, no pierde ese carácter único que ha distinguido a los suyos pero que personaliza con su gran aromática y sus predominantes notas a frutas rojas. Una acidez afrutada, una intensidad media, un equilibrio correcto de taninos y una ideal suavidad acaban de definir un vino de mesa de los que se disfrutan cuasi día a día con ensaladas, pasta, mariscos o, simplemente como aperitivo, sin importar nada más.