The Duke, una ginebra con conciencia

Botella de la ginebra The Duke
The Duke
The Duke es una ginebra alemana, elaborada en la ciudad de Múnich, que se abastece de botánicos ecológicos certificados. Calificada como una 'Munich Dry Gin', resulta suave y seca, destacando sus matices cítricos.
Por Toni Castillo
16 de junio de 2017

Los artífices de la destilería The Duke se ven como galos. En 2008, cuentan, su país, Alemania, se veía invadido por corporaciones multinacionales de ginebra. Marcas y marcas de esta bebida inundaban sus tierras dominando a propios y extraños. «¿Pero toda Alemania?», se preguntan. «No, un patio trasero en Múnich, habitado por los destiladores inflexibles, no deja de oponer resistencia contra el invasor».

Es así como cuentan una historia que comenzó menos de un año antes, a finales de 2007, con varios gin-tonics de por medio. Ilusión, una pizca de ingenuidad y una profunda estima por este destilado a base de enebro provocaron que una pareja de amigos se lanzase a la aventura. Tras meses y meses de ensayos, de prueba y error, de retoque, la ginebra The Duke, la autodenominada «Munich Dry Gin», nació.

Detalle del alambique Carl de la destilería The DukeThe Duke

El gin comienza desde el momento de la selección de los botánicos que la componen. De agricultores con cultivos ecológicos certificados, la destilería muniquense se abastece de hierbas y especias. Es el necesario enebro y un poco de cilantro, también cáscara de limón, raíz de angélica, de jengibre, flores de lavanda y azahar, cubeba y unos cuantos ingredientes más hasta alcanzar los trece que consiguen su carácter.

Después de la selección y aprovisionamiento de la fórmula, toca elaborarla. Para The Duke optaron por el proceso de producción clásico, con maceración y posterior destilación. Los botánicos pasan una noche en una mezcla de alcohol, agua y lixiviado, para después llevarse a cabo una doble destilación en un alambique de cobre llamado Carl, hecho por un viejo artesano.

Tras un proceso de doble filtración, The Duke Gin es una realidad. Seca, siendo de corte tradicional gracias a esta característica, y sin embargo suave en el paladar, resultando relativamente sencilla de beber. Con presencia notable de su inconfundible enebro y cítricos, por lo que resulta perfecta para preparar un gin-tonic con una corteza de naranja o limón.