La sangría es sinónimo de fiesta, de alegría, de amigos, de familia, de vida... La sangría es sinónimo de España, de verano, de día en la playa, en el campo... La sangría es sabor casero y tradicional en estado puro; una bebida deliciosa, de siempre, popular y muy nuestra.
Pero cuán difícil es encontrar una sangría de calidad más allá de la terraza de un castizo bar o chiringuito. Intentonas de cazar esa genuina esencia artesana y tan de casa ha habido, sin embargo pocas han conseguido el propósito con un resultado tan satisfactorio como el de la Fábrica de Sangrías Lolea, con su sangría de botella roja, la más tradicional, la que parte del vino tinto, y la variante de botella blanca, más conocida como clarea, elaborada con vino moscatel.
En lo referido a la sangría, aquello de que cada maestrillo tiene su librillo se aplica completamente porque la receta de esta bebida nunca ha sido única. Aunque normalmente se elabora a base de vino, fruta picada, un endulzante y algún licor, existen versiones que añaden trozos de fruta, gaseosa, un toque de cava...
Por supuesto, Lolea tiene la suya propia y esta se conforma a base de vino cabernet sauvignon y merlot, zumo natural de naranja, de limón, azúcar de caña, un toque de canela y agua de manantial ligeramente frizzante (con anhídrido carbónico) en el caso de la sangría y a base vino moscatel, aroma natural de naranja, zumo de limón, azúcar de caña, un suspiro de vainilla y agua de manantial también ligeramente frizzante en el caso de la clarea.
La Lolea roja, la sangría tinta clásica de toda la vida, y la Lolea blanca, más sofisticada y chic, salpimientan sus notables cualidades con tres packaging sumamente atractivos. Por un lado la presentación tradicional, con la botella de toda la vida, trasparente y de cierre mecánico, rematada con un capuchón de papel atado a cuerda; por otro la presentación sleever, en botella de vidrio, también con cierre mecánico, completamente recubierta de un llamativo estampado de lunares muy flamenco; y en medio el pack de cuatro botellas de medio litro, con tapón de corona, pensado para restauración.
Llama a tus amigos, siéntate a la mesa, prepara una rodaja de naranja, otra de limón y presentarles a Lolea, bien fría, en un vaso con hielos.
¡Sangría, alegría y olé!.
