Sidra Ribela: la más natural, la más verde

La sidra más verde - imagen 2
Fotografía cortesía de Aroa Martinez
Gallega, natural y ecológica, así es Ribela, una sidra elaborada con manzanas autóctonas perfecta para tomar con aperitivos, pescado, marisco o carnes rojas.
Por Toni Castillo
12 de noviembre de 2013

Algunos estudiosos afirman que la sidra gallega ya se elaboraba al comienzo de la Edad de Hierro. Por ejemplo, en el monasterio de Sobrado dos Monxes se documenta su producción en el año 950 y en el mismísimo Códice Calixtino, el manuscrito ilustrado de mediados del siglo XII, aparece relatado que Galicia era una tierra rica en esta bebida. Hechos históricos a un lado, la sidra gallega quiere volver, y lo está consiguiendo, con fuerza de la mano, entre otras, de Ribela.

Elaborada con variedades autóctonas de manzana ecológica, entre las Rías Bajas y las Tierras de Compostela, Ribela sigue un proceso de elaboración tradicional, con prensados lentos y fermentación por levadura propia. Tras un periodo de maduración en depósito, ésta se decanta de forma clásica con las frías temperaturas del invierno gallego. Su confección continúa con la fermentación maloláctica a comienzos de la primavera (un proceso donde el ácido málico, que se encuentra en la pulpa de la manzana, se transforma de modo químico, en ácido láctico) y el embotellado final a baja temperatura.

La sidra más verdeFotografía cortesía de Aroa Martinez

La sidra gallega Ribela es especialmente aromática, con notas frutales que recuerdan al albariño y a la manzana fresca, y es poseedora de un carbónico fino y duradero, el cual se desarrolla con todo su esplendor en el tradicional y el necesario escanciado.